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Entre goteras y fisuras funciona el Club Vida y Progreso, situado en el ensanche Bermúdez, en Santiago, donde se efectúan diversas actividades recreativas y gubernamentales.
El local también sirve como una dependencia del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi).
En el espacio, opera la Asociación de Alcohólicos Anónimos y se desarrollan actividades del programa social Supérate, así como talleres y cursos del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep).
Aparte, el local sirve como punto de reunión para celebraciones comunitarias, como cumpleaños y bautizos, además para prácticas de zumba, operativos médicos y otras acciones recreativas y sociales.
La estructura posee dos niveles, pero actualmente solo se utiliza el primero, ya que las visibles grietas y filtraciones han provocado temor entre los comunitarios.
“Hemos tenido que reubicar a los niños del Inaipi en uno de los costados menos afectados para poder seguir con las tareas de aprendizaje”, expresó César Luna, encargado del club.
Asimismo, explicó que en varias ocasiones han solicitado a las autoridades la intervención del centro, ya que este espacio se utiliza de manera constante, sobre todo para el aprendizaje de los niños.
“Como directiva hemos tocado muchas puertas para que el club sea remodelado y pueda seguir funcionando, pero no hemos podido conseguir nada”, añadió Luna.
Adicionalmente, indicó que en las actividades llevadas a cabo en la instalación normalmente asisten entre 50 a 100 personas, por lo que quieren evitar una desgracia.
El centro, que tiene alrededor de 40 años operando como club, funciona de lunes a jueves en horario de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, con la atención a los niños del Inaipi.
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