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Antes de que la escalada que protagonizaron derivara en una nueva tempestad de guerra, India y Pakistán pactaron un alto el fuego y comenzaron pláticas para solucionar sus diferencias.
El cese de las hostilidades es un triunfo para la comunidad internacional, pero principalmente para los líderes de ambas naciones, quienes optaron por el diálogo en lugar de los ataques armados.
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India y Pakistán, dos países con armas nucleares, no han podido resolver las divergencias desde que obtuvieron su independencia de Inglaterra en 1947.
La controversia sobre el territorio de Cachemira ha exacerbado las hostilidades entre las naciones asiáticas. El Gobierno de Donald Trump, que ha fracasado en sus intentos por poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, actuó como mediador para un acuerdo entre India y Pakistán.
Pero es imprescindible que el alto el fuego se mantenga para que el cuestionado liderazgo de Estados Unidos no sufra más contratiempos. Otra guerra en cualquier lugar sería una amenaza a la paz y seguridad del mundo.
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