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El bateo del dominicano José Ramírez, de Cleveland, está a un nivel sobresaliente.
Esta tarde, Ramírez conectó tres imparables ante los Dodgers, incluyendo un doble, extendiendo a 21 su racha de juegos consecutivos con al menos un hit, la más extensa en las Grandes Ligas.
Ramírez superó a sus compatriotas Manny Ramírez y Jason Kipnis, quienes tuvieron rachas de 20 juegos seguidos con hit en 2000 y 2015, respectivamente, con la camiseta de Cleveland.
Con un hit más, Ramírez igualará a Marty Córdova (2007) y Michael Bradley (2012), quienes tuvieron rachas de 22 con el uniforme de Cleveland.
Luego están Casey Blake, con una racha de 26 en 2007, y el puertorriqueño Sandy Alomar, con 30 en 1997. El récord en Cleveland es de 31 juegos consecutivos con hit, en posesión de Nap Lajoie, desde 1906.
Ramírez también incrementó a 25 su otra racha de juegos seguidos embasándose. En mayo solo se fue en blanco en un partido, el 04 contra Toronto, pero recibió una base por bolas, manteniendo viva la racha.
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Lo que hace especiales esas rachas no es solo su duración, sino la manera en que Ramírez acumula hits. No intenta hacer de más ni forzar jonrones; está haciendo contacto consistente y de calidad. Su porcentaje de batazos fuertes ha subido al 41,7% durante la racha, demostrando que no solo conecta la bola, sino que la impacta con fuerza.
En mayo, Ramírez batea .379 (95-36), con 13 extrabases (ocho dobles, un triple y cuatro jonrones), y 13 carreras impulsadas en 24 juegos. Además, tiene un porcentaje de embasarse de .433, slugging de .611, para un OPS de 1.044.
Histórico
Con sus tres hits de hoy, Ramírez llegó a 1,564, superando a Ken Keltner (1,561) en el octavo lugar de la lista de hits históricos de Cleveland.
Durante la racha actual, Ramírez (932) también desplazó a Jim Thome (928) del quinto lugar en carreras anotadas en la franquicia, e igualó a Earl Averill en el tercer lugar con 377 dobles. El pasado lunes superó a Joe Sewell del cuarto lugar.
Quizás lo más sorprendente es la comodidad de Ramírez en el plato, sin importar la calidad del lanzador rival. No hay tensión ni presión que a veces afecta hasta a los grandes bateadores.
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