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La ciudad danesa de Aarhus, considerada la más feliz

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En un contexto de creciente interés global por el bienestar urbano, el Happy City Index 2025 consagró a Copenhague como la ciudad más feliz del mundo.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

En un contexto de creciente interés global por el bienestar urbano, el Happy City Index 2025 consagró a Copenhague como la ciudad más feliz del mundo. La capital danesa no solo lideró el ranking con 1.039 puntos, sino que lo hizo sobresaliendo en áreas clave como educación, innovación y participación democrática, lo que evidencia un entramado social y político orientado al bienestar colectivo. Según el índice, estos elementos conforman un ecosistema urbano que va mucho más allá de los aspectos estéticos o turísticos: apuntan a una calidad de vida profundamente estructural.

El ranking, elaborado por la consultora internacional Happy City Index en su sexta edición, evaluó a ciudades de todo el mundo en función de seis pilares fundamentales: ciudadanía, gobernanza, medio ambiente, economía, salud y movilidad.

Cada ciudad recibió una puntuación y fue clasificada dentro de una escala que incluye las categorías “oro”, “plata” o “bronce”. Esta metodología busca capturar no solo indicadores cuantitativos sino también aspectos cualitativos que impactan directamente en la vida diaria de los ciudadanos.

Copenhague obtuvo una calificación sobresaliente gracias a su “compromiso con la educación y la innovación”, a una “fuerte cultura de aprendizaje”, su “dedicación a la investigación y el desarrollo” y una “democracia activa y participativa”.

Estos factores no operan de forma aislada: conforman un tejido urbano donde la interacción entre el ciudadano y el Estado es fluida y donde las políticas públicas están pensadas con una lógica a largo plazo. La ciudad ha logrado consolidar una estructura en la que el desarrollo económico convive con una fuerte conciencia ambiental, participación social y bienestar emocional.

Uno de los conceptos culturales que mejor ejemplifican esta visión de la felicidad es el “hygge”, una palabra danesa sin traducción literal pero que alude a la búsqueda del confort, la calma y los pequeños placeres cotidianos.

Según el sitio oficial de Dinamarca, el “hygge” implica “tomarse un tiempo del ajetreo diario para estar con tus seres queridos, o incluso a solas, para relajarte y disfrutar de los placeres más tranquilos de la vida”.

Lejos de ser una simple moda o un recurso de marketing, esta forma de vida atraviesa la cultura urbana danesa, promoviendo hábitos como compartir una comida casera, disfrutar de un picnic en verano o leer junto a una fogata. En este marco, no sorprende que Copenhague cuente incluso con un Museo de la Felicidad dedicado a este concepto.

La coherencia entre filosofía de vida y políticas públicas se expresa también en iniciativas concretas. En 2024, representantes de la Región del Gran Copenhague lanzaron una singular campaña de promoción bajo el nombre de “seguro de calidad de vida”. El concepto era tan directo como provocador: si una persona decidía mudarse a Copenhague y no se sentía más feliz después de cierto tiempo, las autoridades locales cubrirían el costo de su regreso.

Esta propuesta no buscaba simplemente atraer nuevos residentes, sino que apostaba a validar, con hechos y no solo promesas, la calidad de vida que ofrece la ciudad. Más que una estrategia de marketing, la campaña sirvió para reforzar la confianza en un modelo de ciudad que, según las cifras del Happy City Index, funciona.

El resultado de esta combinación de cultura, políticas públicas e infraestructura se refleja también en el ranking general. Detrás de Copenhague se ubicó Zúrich, con 993 puntos, seguida por Singapur, que alcanzó 979.

El cuarto lugar también fue para una ciudad danesa: Aarhus. Amberes, Seúl, Estocolmo y Taipéi completan los primeros ocho puestos. La hegemonía europea en este listado es clara: 15 de las 20 ciudades seleccionadas pertenecen a Europa, lo que sugiere una correlación entre ciertas estructuras de gobernanza, inversión social sostenida y altos niveles de bienestar.

Además de Dinamarca, otras ciudades del continente que se destacaron fueron Estocolmo, Múnich, Róterdam, Viena, París, Helsinki, Berlín, Dresde, Bruselas y Ginebra.

Fuera de Europa, las únicas representantes en el top 20 fueron Seúl (Corea del Sur), Taipéi (Taiwán), Vancouver (Canadá), Singapur y Nueva York (Estados Unidos). Esta configuración global ofrece una imagen clara de dónde se están gestando los modelos urbanos que privilegian la felicidad como indicador de desarrollo.

Al situarse a la cabeza del Happy City Index 2025, Copenhague no solo refuerza su reputación como una capital moderna y funcional, sino que también se convierte en un paradigma de cómo las ciudades pueden diseñarse — y vivirse — con un enfoque integral en el bienestar. El secreto parece residir en la armonía entre cultura local, políticas públicas sostenibles y un modelo de ciudad centrado en las personas. En otras palabras, una ciudad donde el “hygge” no es solo una palabra, sino una forma de habitar.

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