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La inteligencia artificial potencia los riesgos de los patrones más adictivos y fraudulentos de internet – EFE

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Madrid (EFE).- La inteligencia artificial (IA), con su habilidad para generar contenidos de ocio completamente personalizados y casi ilimitados, está potenciando los patrones más adictivos y perjudiciales de internet, según los expertos, que señalan a los menores y adolescentes como los más vulnerables ante una tecnología diseñada para maximizar el tiempo frente a una pantalla.

Esta tecnología permite ajustar prácticamente en tiempo real el contenido que ofrecen las plataformas o servicios de internet (redes sociales, vídeos o videojuegos) a los gustos de cada usuario, lo que implica un riesgo directo, pero también conlleva numerosos riesgos indirectos, ya que puede desplazar otras tareas o hábitos imprescindibles, como el descanso, el estudio, las relaciones sociales, las actividades al aire libre u otras formas de ocio.

Los patrones adictivos son esos comportamientos repetitivos que una persona adopta compulsivamente y le resultan difíciles de controlar. Además de con sustancias (como el alcohol, el tabaco o las drogas), pueden manifestarse con ciertas conductas o hábitos, como el juego, la comida o el uso de pantallas e internet, y en este caso, los sistemas de inteligencia artificial están amplificando las pautas más dañinas.

Para extender el tiempo que los usuarios pasan en algunas plataformas digitales, estas emplean técnicas que inducen al ‘scroll infinito’ o a la reproducción automática para mantener a la persona enganchada sin darse cuenta del tiempo empleado, para crear una falsa sensación de urgencia mediante alertas constantes o para infundir el temor a perderse algo importante cuando la persona se desconecta.

Sergio Rodríguez, consultor de la Agencia Ejecutiva Europea de Investigación (REA), no duda de cómo la IA ha intensificado esos riesgos relacionados con los patrones más adictivos de internet, ni de que las pantallas están sustituyendo al ágora como espacio de socialización. Advierte, además, que la población que más las usa -los jóvenes- es también la que menos recursos emocionales posee.

“La población entre los 12 y los 21 años percibe el mundo a través de ese marco deliberadamente sesgado, con el agravante de que contiene intencionadamente elementos adictivos”, ha comentado a EFE Sergio Rodríguez, y ha afirmado: “los adolescentes sienten que controlan el mundo desde la palma de su mano, cuando en realidad es precisamente al revés”.

En los últimos meses se han acumulado los trabajos de investigación que alertan del potencial adictivo de la inteligencia artificial debido a su capacidad para generar contenidos totalmente personalizados e infinitos; que advierten de los riesgos para la salud mental, especialmente en menores, y de los peligros que se esconden en los entornos digitales y que pueden agravarse por la irrupción de esta tecnología disruptiva.

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) publicó un informe sobre los patrones adictivos y sus implicaciones en la protección de datos personales, donde concluyó que con la llegada de patrones de diseño cada vez más sofisticados, algunas compañías han introducido en el mercado características que no solo son atractivas, sino también “engañosas y adictivas” y que, en muchos casos, recopilan muchos datos personales.

Esos patrones logran, por ejemplo, cambios de conducta en muchas personas que pueden ser considerados síntomas de adicción -como desbloquear un móvil de forma inconsciente cada pocos minutos-, ha señalado la AEPD en su informe. Señala, además, que la naturaleza “omnipresente” de estos patrones de diseño adictivos puede tener consecuencias de largo alcance y que la exposición prolongada a ellos puede perjudicar la salud (con alteraciones del sueño o mayores niveles de estrés y ansiedad).

Entre las medidas para protegerse de estos patrones y fomentar la ‘desintoxicación digital’, este organismo plantea una combinación de concienciación personal y autodisciplina, junto con estrategias prácticas, como desactivar las notificaciones para evitar recurrir constantemente a las pantallas, desactivar las reproducciones automáticas, establecer límites de tiempo o revisar la configuración de todas las aplicaciones.

Sergio Rodríguez, consultor de la REA y profesor en la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona, también ve posibilidades para poner freno a estos patrones, tanto desde la formación como desde la regulación. En este sentido, ha resaltado la importancia de que las familias y la escuela formen a los niños y jóvenes en el buen uso de la inteligencia artificial, y que este uso sea “progresivo, crítico y creativo”, así como evitar la exposición prolongada a los dispositivos.

A su juicio, la UE ha puesto el acento en algo fundamental, la regulación, “pero apenas hemos dedicado recursos a la formación” a través de la escuela, y los usuarios desconocen cómo evitar el mal uso, cómo darse cuenta de que les están manipulando, cómo ser conscientes de que pierden su autonomía y cómo un uso crítico y creativo puede ayudarles en su maduración personal y profesional.

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