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NUEVA YORK — Cuando un buque escuela de la armada mexicana colisionó con el puente de Brooklyn, estaba maniobrando en aguas turbulentas. El cambio de marea acababa de ocurrir y una fuerte corriente se dirigía hacia el río East, con vientos potentes.
Aunque un capitán experimentado puede manejar sin problemas este tipo de circunstancias, los errores pueden resultar costosos en el puerto de Nueva York, donde los canales angostos y curvos, los vientos que soplan desde Manhattan y los remolinos pueden complicar el paso.
En el caso del Cuauhtémoc, de 90 metros de eslora, dos marineros perdieron la vida y 19 resultaron heridos el sábado, cuando el navío impactó contra el emblemático puente, derribando los tres mástiles del buque como fichas de dominó mientras se dirigía hacia un muelle. Se desconoce qué causó el choque, y es probable que una investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) tarde varios meses.
Pero las imágenes de la colisión, grabadas por espectadores consternados, muestran el momento en que el barco choca contra el puente, navegando en reversa a toda velocidad, lo que sugiere que el capitán perdió el control del motor. También hay dudas sobre si un remolcador de escolta se retiró demasiado pronto y debió seguir anclado al barco o acompañarlo hasta que saliera a alta mar. Similares preocupaciones sobre remolcadores surgieron cuando un gran buque de carga impactó contra un puente en Baltimore el año pasado.
Sal Mercogliano, un exmarinero mercante que ha navegado en varias embarcaciones por el puerto de Nueva York, dijo que todos esos “escenarios peores” — la altura del barco, una fuerte corriente, vientos intensos y la ausencia de un remolcador escolta — contribuyeron a la tragedia.
“Lo prudente hubiese sido salir dos horas antes, cuando la marea estaba bajando. Ese habría sido el momento ideal”, explicó Mercogliano, quien escribe un blog de navegación muy leído. “Pero no creo que jamás imaginaron que el motor los empujaría hacia el puente”.
Aún así, sostuvo que se evitó una catástrofe mayor gracias al aparejo de acero del barco, que impidió que los mástiles cayeran al agua, así como al hecho de que la tripulación permaneció en su sitio, evitando el riesgo de que algunos miembros pudieran caer desde una altura de 12 pisos mientras bajaban apresuradamente por las jarcias.
“Se pudo haber tenido a marinos anclados ahogándose en el río”, manifestó. “Esto pudo ser mucho peor”.
Las autoridades mexicanas informaron a la familia de América Yamilet Sánchez que la marinera de 20 años falleció después de caer de uno de los mástiles del Cuauhtémoc, indicó su tía, María del Rosario Hernández Jácome, el domingo en casa de la familia en Xalapa, en el estado mexicano de Veracruz.
Sánchez, que estudiaba ingeniería en la academia naval mexicana, había hablado con su madre más temprano el sábado y le había contado muy emocionada que la próxima parada del barco sería Islandia. Sus padres viajaron el domingo a Ciudad de México para hacer los trámites para la repatriación del cuerpo de su hija, dijo Hernández.
El Cuauhtémoc visitó Nueva York como parte de una gira global de buena voluntad por 15 naciones e iba de salida cuando chocó contra el puente alrededor de las 8:20 de la noche, interrumpiendo brevemente el tráfico en la parte superior del puente.
El alcalde Eric Adams dijo que el puente de 142 años no sufrió daños mayores, pero al menos 19 de los 277 marinos a bordo del navío necesitaron atención médica. Dos de las cuatro personas que sufrieron heridas graves fallecieron posteriormente.
El Cuauhtémoc navegó por primera vez en 1982. Mide casi 90 metros de eslora y su mástil principal tiene una altura de 50 metros, unos nueve metros más que el tramo del Puente de Brooklyn.
El buque, que llegó a Nueva York el 13 de mayo, retrocedió desde el turístico South Street Seaport, donde estuvo atracado durante varios días recibiendo visitantes. Se desconoce si el capitán mexicano solicitó un piloto de muelle para ayudar con el desatraque, pero a bordo de la embarcación había un piloto de puerto para guiarlo a través del puerto, como es requerido.
Datos de seguimiento de Marine Traffic y videos de testigos muestran que un remolcador de 1,800 caballos de fuerza, el Charles D. McAllister, empujó suavemente al buque mientras retrocedía hacia el canal, pero se retiró antes de que el buque girara. Segundos después, mientras el barco continuaba desviándose en la dirección equivocada, el remolcador intentó adelantarse al buque, pero llegó demasiado tarde para interponerse entre el barco y la orilla del río Brooklyn.
McAllister Towing, la compañía operadora del remolcador y responsable de cualquier piloto de muelle a bordo, se negó a hacer comentarios.
Tras el accidente del año pasado en Baltimore, Mercogliano indicó que las autoridades portuarias del lugar endurecieron las reglas para requerir un remolcador escolta y velocidades más lentas para los buques que navegan por la entrada del puerto. El barco en ese accidente, el MV Dali, era un buque portacontenedores de 95,000 toneladas, unas 50 veces más pesado que el Cuauhtémoc.
Los incidentes en el puerto de Nueva York son raros porque los enormes cargueros y los buques de guerra modernos suelen evitar la zona debido a la baja altura de los puentes. Pero se tiene previsto que en julio de 2026 el puerto albergue la mayor flotilla de barcos altos de todo el mundo para celebrar el 250 aniversario de la fundación de Estados Unidos.
Mercogliano dijo que los investigadores evaluarán si la tripulación mexicana llevó a cabo las verificaciones de seguridad recomendadas antes de su partida. Por lo general, eso implica probar las hélices del motor, el timón y la propulsión de seis a 12 horas antes de su partida para asegurarse de que todo funcione correctamente y no se deje nada al azar.
“No es como tu coche, donde simplemente cambias de marcha”, señaló.
La embarcación dañada permanecía el domingo amarrada al muelle 35 en el bajo Manhattan. Se podía ver un flujo de personas, incluidos algunos que parecían ser investigadores y tripulantes, mientras subían y bajaban de la embarcación.
La Guardia Costera dijo que se estaban evaluando los daños al Cuauhtémoc, además de que estableció un perímetro de seguridad de 46 metros alrededor del barco mientras los gobiernos de Estados Unidos y México inician sus investigaciones.
El senador Chuck Schumer, un demócrata de Nueva York y líder de la minoría del Senado, dijo que cualquier investigación debería examinar si la congelación de contrataciones federales por parte del gobierno del presidente Donald Trump afectó los niveles de personal de la Guardia Costera, los procedimientos de seguridad y la preparación para responder a accidentes.
“Después de haber sido informado completamente sobre el accidente del Puente de Brooklyn de anoche, una cosa es predominantemente clara: hay más preguntas que respuestas en lo que respecta a cómo ocurrió exactamente este accidente”, expresó Schumer.
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La periodista de Associated Press Alba Alemán, en Xalapa, México, contribuyó a este despacho.
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