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Rafael Devers ya cambió de posición una vez en esta temporada, y no parece dispuesto a repetirlo, a pesar de la necesidad del equipo.
El antesalista de los Medias Rojas de Boston, quien ha sido bateador designado durante gran parte de esta campaña tras haber pasado toda su carrera de ocho años en la tercera base, dejó en claro que no está dispuesto a asumir otro cambio. La lesión del primera base Triston Casas — una rotura del tendón rotuliano que lo dejará fuera el resto del año — abrió la puerta a especulaciones sobre una posible transición de Devers a la primera base. Entre los que lo contemplaban estaba el director de béisbol de los Red Sox, Craig Breslow.
Según declaraciones recogidas por Christopher Smith de MassLive, Devers confirmó que Breslow se acercó a él para hablar sobre un eventual traslado a la inicial. Sin embargo, la reacción del jugador fue contundente:
“Tuvieron la conversación conmigo”, dijo Devers a través del traductor Daveson Pérez. “Personalmente, no creo que sea la mejor decisión. Ya cambié de posición esta temporada y apenas llevo dos meses adaptándome. Ahora me piden otro cambio, y desde mi punto de vista, eso no tiene sentido”.
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El dominicano fue aún más directo al cuestionar las intenciones del equipo y el manejo de la situación:
“Fue con el gerente general con quien hablé. No sé qué tiene conmigo. Jugó béisbol y me gustaría pensar que entiende lo difícil que es cambiar de posición tan de repente”, declaró.
Asimismo, Devers criticó la falta de claridad y compromiso por parte de la directiva. Acusó al club de no cumplir con lo que le habían prometido al inicio de la temporada.
“No creo que estén cumpliendo su palabra. Me dijeron que sería bateador designado y ahora están cambiando el plan. Así que sí, me siento decepcionado”, sentenció.
El jugador también envió un mensaje claro a Breslow y a la directiva: que busquen soluciones en el mercado en vez de seguir pidiéndole sacrificios.
“Creo que ellos deben hacer su trabajo y salir a buscar a alguien más. No entiendo por qué me tienen en el medio de todo esto”, concluyó.
En medio de una temporada ya de por sí complicada, los Red Sox enfrentan ahora una situación aún más delicada. Lo que desde fuera podría parecer un ajuste lógico — mover a su mejor jugador a una posición de necesidad — se ha convertido en un conflicto interno que podría tener consecuencias en la dinámica del vestuario. Devers, uno de los líderes del equipo y su jugador mejor pagado, ha marcado una línea clara, y no parece dispuesto a ceder fácilmente.
Mientras tanto, es difícil imaginar que sus compañeros se sientan del todo cómodos con esta postura, especialmente si se les exige flexibilidad y esfuerzo adicional. Esta historia, lejos de haber concluido, podría ser solo el comienzo de una nueva saga en Fenway Park.
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