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Lo que más atemoriza a los residentes del sector Invi es la ausencia de patrullaje policial en puntos estratégicos y horas clave, y que, cuando se realizan operativos en zonas cercanas, los delincuentes no son arrestados.
Hay una comunidad en el municipio Santo Domingo Norte que, por años, ha sido el foco de las noticias debido a la venta y consumo de drogas frente a menores. Se trata del sector Invi, en Sabana Perdida.
Los vecinos, que a diario, sin importar la hora, terminan inhalando el olor de esas sustancias ilícitas, temen hablar.
Según varios comunitarios, residentes de barrios aledaños, en su mayoría menores de edad, acuden al populoso sector para fumar, pero eso es solo una parte de los delitos cometidos con frecuencia allí.
Desde atracos hasta tráfico de drogas son los delitos que ocurren en un punto específico de esa zona, justo en presencia de los más vulnerables: el Colegio Católico San Roque González y el Centro Educativo Angelitos Divinos, ambos situados frente a la cancha de baloncesto y el parque en la calle Manzana I.
Estos espacios, pensados para niños, que antes servían para la recreación y el descanso, ahora son el punto de encuentro de los llamados “viciosos”.
“Es como el punto social para ellos, todo un paraíso; ahí vienen de todas partes y también del barrio”, expresó un comunitario a LISTÍN DIARIO.
Él mismo proporcionó videos y otros materiales que prueban los hechos presenciados durante el día y la noche.
“Hay una situación grave con los delincuentes, se han apoderado de esa zona para fumar droga, atracar y poner a los vecinos en zozobra, al punto que tanto los niños del colegio, los vecinos y los atletas viven en constante temor de esos individuos”, dijo, puntualizando que “las autoridades no hacen nada”.
No obstante, lo que más preocupa a los residentes del sector Invi es saber que el patrullaje policial en los puntos estratégicos y horas clave está ausente, y que, cuando se llevan a cabo operativos en zonas cercanas, los delincuentes no son detenidos.
Al visitar el lugar que se ha convertido en el foco noticioso, reporteros de este medio constataron que, ante el temor y pánico generado por la situación, los munícipes, al hablar de corrupción y delincuencia, prefieren callar antes que expresar su opinión.
Quienes viven en el mencionado sector aseguran que, día tras día, se desplazan con miedo, pues temen ser víctimas de atracos y despojos de sus pertenencias, debido a la falta de patrullaje policial en la zona.
Aunque ayer, durante la visita, no se observaron personas cometiendo actos ilícitos, los comunitarios, al ver a los periodistas, prefirieron no salir de sus hogares.
“No puedes salir con nada en la mano. Los atracos son constantes. A toda hora. Hay una gran inseguridad aquí”, manifestó una señora, que tampoco quiso identificarse.
Al mismo tiempo, indicó que “estamos presos en nuestra propia libertad. Ahora es imposible estar tranquilo y salir a la calle sin la preocupación de que un delincuente nos asalte y nos robe”.
Por ello, ante esta situación, los vecinos solicitan una mayor vigilancia policial para reducir la presencia de los delincuentes que rondan la zona y que llevan a cabo sus actividades a cualquier hora del día.
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