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“Siempre alzaré mi voz en defensa de los intereses de la nación.”

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Fafa Taveras es un apasionado de la lectura y un gran comunicador. /José De León.

El 30 de mayo está grabado en el calendario de los dominicanos como un emblema que recuerda la resistencia, la lucha por la libertad y la dignidad de vivir en una nación soberana.

El presidente Luis Abinader emitió el decreto 335-21, mediante el cual se declara el 30 de mayo de cada año como “Día de la Libertad”, en homenaje a la resistencia nacional y a las víctimas de asesinatos, desapariciones, torturas y abusos ejecutados, así como los excesos cometidos contra el patrimonio del Estado dominicano durante los 31 años de dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

La conmemoración de esta fecha incluye homenajes a las víctimas de la dictadura, así como a los héroes que participaron en la planificación y ejecución del ajusticiamiento.

Rafael-Fafa Taveras, luchador por la libertad del pueblo dominicano y sobreviviente de la dictadura de Trujillo, entiende que el 30 de mayo tiene un valor extraordinario para el país. “Es una efeméride que indica que en el pueblo siempre hay energía para afrontar la dificultad, es como continuar con la herencia que Juan Pablo Duarte nos dejó, el gran legado de mantener siempre la autonomía e independencia del país”.

Al hacer ese señalamiento, expresó que el pasado no tiene arreglo, se puede entender, pero no se puede cambiar. “El 30 de mayo es el refuerzo de la memoria de todo lo que se sufrió con Trujillo y también del repudio con lo que uno vivió bajo el trato inhumano que recibimos de él y su gente”.

Con una certeza convincente afirmó que tras la muerte de Trujillo se abre una ventana de esperanza que le permitió al Movimiento Revolucionario 14 de Junio renacer y dar la cara públicamente.

Su lucha por mantener la libertad y soberanía de nuestra nación no terminó con el ajusticiamiento de Trujillo, con su valentía, sentido de pertenencia, principios, valores y virtudes que le caracterizaron, continuó por el sendero de la libertad, siendo una pieza clave del Triunvirato que se instaló después del golpe de Estado contra Juan Bosch, de los combates posteriores que desencadenaron la Revolución de Abril del 65, donde jugó un rol preponderante como comandante junto al coronel Caamaño y de los Constitucionalistas.

En diciembre de 1964 Fafa Taveras llega a Cuba con la finalidad de recibir un entrenamiento como militar. “Los cubanos me dijeron que para tales fines tenía que ingresar a su ejército para participar en acciones militares y me mandaron a Santa Clara donde había una unidad operativa para entrenamiento y ahí fue que conocí las Fuerzas Armadas, las armas, inteligencia militar, el manejo de bombas, tanques de guerra, metralletas soviéticas y pilotear helicópteros”.

Cuando Fafa Taveras regresa al país, estalla la guerra de la Revolución de Abril de 1965 y en función de su formación militar lo nombran comandante del Movimiento 14 de junio junto con el coronel Francisco Caamaño.

“A las 10:30 de la mañana del 28 de abril del 65 escuchamos la noticia de que el presidente Johnson de los Estados Unidos decidió que 500 infantes de Marina de EEUU llegarían a la República Dominicana para proteger el espacio de la embajada ante el desorden que se había desencadenado en este país”, recuerda el señor Taveras.

“Al día siguiente llegamos a la Fortaleza Ozama con más de 50 muchachos para poder tener el control y les dije: quiero dos voluntarios que se suban a la Catedral para que ubiquen a los que están disparando desde la Fortaleza y los maten. Levantaron las manos como 20 jóvenes y con una escalera humana escalaban uno encima de otro, así era el espíritu de la juventud en ese momento, siempre dispuestos a cooperar por el bien de la nación”, narra con la calma que le caracteriza.

Su capacidad para superar la adversidad le permitió enfrentarse a una de las misiones más difíciles de su vida como comandante: “entonces vinieron dos aviones y nos ametrallaron y nos dispersaron dos veces, y en la segunda ocasión, el tanque que había traído el coronel Fernández quedó sin el manejo del artillero y con ese tanque vacío con la puerta abierta, se hizo un sentimiento de confusión y derrota. Entonces yo hago público lo siguiente: no se preocupen, que yo soy artillero. Nadie me lo creía, pero cuando yo me metí en el tanque e hice que lo movieran y le di el primer cañonazo en la Fortaleza, se creó una conmoción y yo volví y tiré el segundo y la gente que estaba en la Fortaleza levantó bandera blanca y se rindieron”.

Una aureola de dignidad parecía acompañarlo cuando afirmaba que el hecho real es que ese asalto a la Fortaleza les permitió acumular una cantidad importante de armas y municiones, así como el apresamiento de más de 300 policías de los conocidos cascos blancos. “Esto nos dio la confianza de que podíamos organizar una tropa respetable porque la victoria del Ozama nos concedió una licencia para seguir adelante en pie de lucha”.

La revolución de Abril finalizó el 3 de septiembre, luego de instaurado el gobierno provisional del doctor Héctor García Godoy. Desde entonces, Fafa-Taveras se proyectó como uno de los líderes más importantes de la izquierda dominicana durante el siglo XX, llegando a ser el máximo dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y de otras organizaciones populares.

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