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MIAMI, Estados Unidos. – Dos pastores evangélicos de la Iglesia Asambleas de Dios en la Isla de la Juventud se enfrentan a una solicitud fiscal de ocho años de cárcel por desacato y desobediencia, tras presentar pruebas médicas que demostraban que su hijo, diagnosticado con problemas psiquiátricos, no es apto para el Servicio Militar Activo (SMA), obligatorio en la Isla desde los años 60.
El caso ha provocado indignación entre creyentes, activistas y usuarios de redes sociales, quienes denuncian la criminalización de la fe y el abuso de poder en tribunales militares cubanos.
Luis Guillermo Borjas Navarro y su esposa, Roxana Rojas Betancourt, fueron arrestados después de intervenir durante un juicio militar contra su hijo Kevin Lay Laureido Rojas, acusado por las autoridades de abandonar una unidad militar. “Se lo llevaron a la fuerza, él no aguantó y escapó a su casa. Allá lo fueron a buscar y lo metieron preso”, relató una fuente de la Isla de la Juventud a la activista Yaiset Rodríguez Fernández.
Durante el juicio, los pastores presentaron los informes médicos que acreditaban la incapacidad psiquiátrica de Kevin para cumplir el servicio militar. Según la publicación en Facebook de Rodríguez Fernández, al ser rechazadas las pruebas, los pastores protestaron verbalmente: “El pastor le dijo además a la fiscal que estaban actuando con injusticia y que les tocaría enfrentarse a la justicia de Dios”.
La reacción fue inmediata. “La Fiscalía citó de seguido un supuesto artículo alegando que en el tribunal militar no se podía hablar de Dios y mucho menos de la justicia de Dios, ya que para hacer justicia estaban ellos”. Por ello, les imputaron los cargos de desacato y desobediencia.
Aunque la pastora Roxana Rojas fue liberada horas después por motivos de salud — padece una afección cardíaca –, su esposo permanece detenido sin derecho a visitas ni alimentos. “No dejan verlo, hablarle, ni pasarle comida”, denunció Rodríguez Fernández. El juicio está previsto para el próximo 9 de junio.
La Iglesia Asambleas de Dios de Cuba confirmó los hechos en una publicación en Facebook, en la cual pidió oración por sus miembros y expresó su esperanza de que se trate de “un malentendido”.
Este nuevo caso se produce en un contexto de creciente rechazo popular al Servicio Militar en Cuba, especialmente tras la tragedia ocurrida el 7 de enero de este año en un almacén militar en Melones, Holguín, donde nueve jóvenes reclutas perdieron la vida.
Organizaciones evangélicas, usuarios en redes sociales y miembros de la sociedad civil cubana han comenzado a exigir respeto a la objeción de conciencia y el fin del reclutamiento forzoso de jóvenes con problemas médicos o psicológicos, mientras se agudiza el malestar por la represión judicial y militar del régimen.
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