Tecnologia

Starbase, Texas: el impacto de Musk remodela la frontera y funda su propia urbe

2025 05 734760203.png
Brownsville (EE.UU.), 30 may (EFE).- A un lado de la carretera, en un angosto camino desgastado por el constante tránsito de camiones, se yergue un busto dorado.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Brownsville (EE.UU.), 30 may (EFE).- A un lado de la carretera, en un angosto camino desgastado por el constante tránsito de camiones, se yergue un busto dorado. El rostro dañado de Elon Musk, al que un acto vandálico le arrancó parte de la mejilla, marca la entrada al territorio del hombre más rico del mundo.

En el sur de Texas, en las afueras de Brownsville, en la frontera con México; la empresa aeroespacial del magnate (SpaceX) tiene una ciudad propia: Starbase, que en español se puede traducir como ‘base de las estrellas’.

Después de años de presionar para adquirir propiedades y terrenos en lo que antes era Boca Chica Village — una pequeña comunidad a orillas del Golfo de México y rodeada por una reserva natural — , sumado a su influencia política y la inyección de miles de millones de dólares en SpaceX, Musk consiguió que la sede de la empresa fuera reconocida como una localidad bajo las leyes estatales.

Este nuevo estatus le otorgará a Starbase facultades limitadas: podrá imponer impuestos reducidos a la propiedad, otorgar permisos de construcción y crear un departamento de policía.

La nueva ciudad se extiende por unos 4 kilómetros cuadrados, tiene poco más de 200 habitantes, la mayoría empleados por la compañía espacial, incluido el alcalde, y eligió ayer a sus primeros funcionarios en una reunión pública.

Tiene, por ahora, pocas calles: la avenida estatal, única entrada y salida del poblado, y varias vías paralelas que conforman los “barrios”. Estos son una mezcla de casas prefabricadas, adornadas con céspedes verdes, pulcramente cortados, autocaravanas y edificios en construcción.

Las oficinas corporativas de SpaceX se alzan en un enorme edificio cuadrado de cemento gris con ventanas negras. La carretera principal desemboca en el mar, donde, casi a orillas de la Playa de Boca Chica, está la plataforma desde donde despegan los cohetes.

Se ven más autos que personas: algunos Teslas dispersos entre los ‘hogares’, camiones de carga y camionetas pick-up. En las calles, bajo el pesado sol tejano, solo hay obreros de construcción pavimentando vías, levantando muros y cercado parcelas.

“Colonizando” la región

El desarrollo de Starbase y la expansión del poder de Musk sobre la zona ha puesto en alerta tanto a residentes del Valle del Río Grande como a activistas locales.

SpaceX y el condado de Cameron cierran la entrada a la playa antes y durante los lanzamientos del Starship, el megacohete que Musk está desarrollando en Starbase. Los cierres pueden llegar a extenderse por varios días, si el despegue se retrasa.

Alda y René Merlano, un matrimonio de cuatro décadas, con raíces familiares extendidas por generaciones en la frontera, recuerdan con una mezcla de nostalgia y rabia sus excursiones a la playa de Boca Chica.

“Iba con mis padres; solo había que meter todo en un coche y salir”, cuenta Alda, profesora de Literatura jubilada, a EFE.

Entre los nuevos edificios, la plataforma de lanzamiento y los constantes cierres, el lugar donde crecieron cambió por completo. Desde dentro de su casa, a más de 25 kilómetros de la plataforma de despegue, se escucha cuando despegan los cohetes o hacen pruebas a los impulsores, relata.

Su experiencia es compartida por decenas de vecinos de Starbase, según corrobora Juan Mancías, líder de la tribu Carrizo/Comecrudo, indígena de la región pero no reconocida por el gobierno federal.

Para él, la llegada de Musk es comparable a un nuevo proceso de colonización que busca extraer recursos de la zona, arrebatándolos a los nativos: “Es lo mismo que hicieron aquí hace 500 años. Vinieron aquí por una sola cosa, y fue para llevarse las fuentes de vida de esta tierra”.

Apoyo oficial y disputas de poder

Las autoridades de Cameron y la alcaldía de Brownsville respaldan los proyectos de Musk, argumentando que traen empleos y crecimiento económico.

La presencia de SpaceX, subrayó el juez del condado de Cameron, Eddie Treviño, en un informe publicado el año pasado, “ha afectado positivamente” a la región “mediante el aumento del turismo y nuevas oportunidades de empleo”.

En concreto, especificó el reporte, SpaceX emplea a más de 3.400 personas y ha generado más de 800 millones de dólares en impuestos a nivel local y estatal.

A pesar de haber abandonado oficialmente el Gobierno de Donald Trump, Musk extendió sus redes favorables a SpaceX en puestos de alto mando dentro de la NASA y las Fuerzas Áreas, agencias del Gobierno que conceden contratos a la empresa espacial, de acuerdo con el diario New York Times. También conservará una relación estrecha con la Casa Blanca, según señaló el propio Trump.

Mancías, sin embargo, insiste en hacer un contrapeso a la influencia del magnate desde su rincón al sur de Texas: “no tiene ningún poder. Es la comunidad la que tiene poder y él está tratando de controlarlos”. EFE

TRA Digital

GRATIS
VER