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Inmigrantes haitianos caminan en un parque en Dumas, Texas, Estados Unidos. AP
El gobierno del presidente Donald Trump declaró ayer que pagará 1,000 dólares a los inmigrantes indocumentados que vuelvan por voluntad propia a su país natal, mientras el mandatario impulsa su plan de deportaciones masivas.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) comunicó a través de una nota de prensa que también cubrirá gastos de viaje y que aquellas personas que usen una aplicación llamada CBP Home para avisar al gobierno que planean retornar a casa “dejarán de ser prioridad” para su detención y expulsión por parte de las autoridades migratorias.
“Si te encuentras aquí ilegalmente, la autodeportación es la mejor manera, la más segura y económica de abandonar Estados Unidos para evitar ser arrestado”, afirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. “El DHS ofrece ahora a los extranjeros sin papeles ayuda financiera para su viaje y una asignación para regresar a su país de origen mediante la aplicación CBP Home”.
La agencia señaló que ya había pagado un pasaje aéreo a un migrante para que volviera a Honduras desde Chicago y que se han reservado más billetes para esta semana y la siguiente.
Trump ha hecho de la aplicación de las leyes migratorias y de la deportación a gran escala de inmigrantes un punto clave de su campaña, y lo ha mantenido durante los primeros meses de su gobierno. Pero se trata de un esfuerzo costoso y que requiere de muchos recursos.
Mientras el gobierno republicano presiona al Congreso para un aumento masivo de fondos para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) — la agencia encargada de expulsar a personas del país — también busca que las personas que están ilegalmente en el país se “autodeporten”. Esta campaña de autodeportación viene acompañada de anuncios televisivos que amenazan con acciones contra los inmigrantes.