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Se suele pensar que un perro solo se interesa por la carne. No obstante, es un animal omnívoro, lo que implica que también puede comer algunas verduras y frutas.
Desde la veterinaria especializada en nutrición animal se puntualiza: no son omnívoros al 100%, sino “carnívoros facultativos”. No todas las plantas son recomendables para su ingesta. Algunas pueden consumirlas como parte de una dieta balanceada, mientras que otras pueden ser tóxicas.
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Los perros no necesitan obligatoriamente consumir verduras o frutas, pero pueden ser una buena opción. A diferencia de los gatos, tienen otra forma de digerir y metabolizar los hidratos de carbono, según comentó María Silvia Barattero, docente y miembro del servicio de nutrición del Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, en diálogo con Infobae.
Es que los perros pueden aprovechar las vitaminas, minerales y otros micronutrientes de las verduras y frutas.
Las uvas, pasas de uva y grosellas son tóxicas y pueden causar insuficiencia renal en algunos perros. Tampoco se deben dar frutos secos como nueces, almendras, avellanas o castañas.
No se les debe dar cebollas (ni sus derivados, como cebolleta), ajo y cebollino porque pueden ser perjudiciales: causan intoxicación a largo plazo. Pueden generar problemas sanguíneos, diarrea, dolor de estómago y náuseas si los consumen en grandes cantidades.
Los hongos del supermercado podrían ser seguros, pero los silvestres son tóxicos y pueden ser difíciles de identificar. Tampoco se debe dar papa cruda ni palta.
“Algunas paltas pueden ser tóxicas. Por lo tanto, no las recomendamos”, advirtió.
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