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Wagner Astacio, quien alcanzó el quinto puesto en salto de altura y el octavo en salto de longitud en los Juegos Paralímpicos de París, requiere una prótesis para competir en igualdad de circunstancias.
Con una inquebrantable fuerza de voluntad que ignora la palabra “límite”, el paratleta Wagner Astacio es uno de los nuevos talentos del deporte dominicano.
Él, quien nació con una pierna normal y la otra acortada por encima de la rodilla, una anomalía congénita llamada hemimelia, es el principal exponente del país para lograr la primera medalla paralímpica en los Juegos de “Los Ángeles 2028”.
En la edición de “París 2024”, obtuvo el quinto lugar en salto de altura con 1.85 metros en la clase deportiva T42/63, aun cuando compitió en condiciones desiguales debido a que lo hizo sin una prótesis especializada cuyo valor supera los 150 mil dólares.
También finalizó octavo en salto de longitud, siendo merecedor en ambos casos del Diploma Olímpico.
“Wagner ofreció un espectáculo en los Juegos de París”, resaltó Eladio Agramonte, presidente del Comité Paralímpico Dominicano (COPADOM) sobre la actuación del paratleta residente en el sector Bienvenido, Manoguayabo, la cual, dijo, logró una difusión tal que hasta en los trenes de la capital parisina el video se repetía con frecuencia.
“Para los Juegos de Los Ángeles, tenemos el compromiso de obtener una medalla y las mayores posibilidades las tiene Wagner, obviamente si no ocurre un imprevisto”, subrayó Agramonte.
La delegación dominicana en los Paralímpicos de París fue de doce atletas.
Elogios
Su entrenadora, la veterana Natalia Koratoeva, tampoco alberga duda de que el abnegado deportista está proyectado para subir al podio en la próxima cita olímpica.
“Wagner tiene un gran potencial”, dijo Koratoeva, la calificada técnica rusa que llevó a la saltadora Juana Arrendel a conquistar tres preseas doradas en Juegos Centroamericanos y del Caribe
(Venezuela, 1998, El Salvador 2002 y Colombia en 2006), así como en los Panam “Santo Domingo 2003”.
Expresó que sería de gran ayuda que el resiliente ser humano sea provisto de una prótesis para mejorar sus registros tanto en la colchoneta del salto de altura como en la arena del salto de longitud.
No obstante, consideró que, a pesar de ello, este luchador contra la adversidad tiene las condiciones para casarse con la gloria en los Juegos de Los Ángeles.
Pero mientras eso llega, el deporte le ha dado la satisfacción de viajar a Francia, Suiza, Japón, Colombia y Chile.
“El deporte es una forma de vida”, destacó Astacio sobre una actividad que mejora y mantiene la condición física, previene enfermedades, favorece la seguridad y flexibilidad del discapacitado así como la autoestima.
Desde pequeño tuvo inclinaciones por el baloncesto, el cual abandonó hace poco más de tres años a instancias de Fernando, un paratleta retirado que le motivó a probar suerte en otras disciplinas.
En la pista de calentamiento del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte fue recibido por el entrenador Junior Montero, quien le dio las primeras pruebas de salto de altura. En un primer intento, registró 1.77 metros, auspicioso para alguien nuevo carente de técnicas.
Desde ese día compite sin el instrumento que le daría mayor velocidad e impulso. “A puro pulmón”, suele decir Astacio, quien tiene que competir contra rivales de Estados Unidos, Francia y otras naciones de grandes economías que dotan a los suyos con prótesis de último modelo.
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