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A la salida de la cañada Bonavides, en el Nuevo Domingo Savio, se observa una de las biobardas instaladas en varios puntos del Ozama. Cortesía. Marcos Reyes Heredia
En el corazón del Gran Santo Domingo, los ríos Ozama e Isabela siguen siendo testigos silenciosos de la contaminación urbana e industrial que afecta a miles de habitantes.
No obstante, en los últimos meses, un destello de acción institucional empieza a esbozar esperanza: el fideicomiso DO Sostenible ha desplegado un conjunto de intervenciones clave que apuntan a su rescate ecológico.
Con una inversión superior a los 350 millones de pesos, este esfuerzo busca frenar el deterioro ambiental, contener los residuos sólidos y reestructurar la disposición final de desechos urbanos.
Uno de los pilares de este plan lo constituyen las biobardas, una tecnología basada en mallas flotantes que interceptan los residuos sólidos en las desembocaduras de las cañadas antes de que lleguen a los ríos. Según Príamo Ramírez Ubiera, director de DO Sostenible, actualmente hay seis biobardas instaladas y se proyecta aumentar a 14 en las próximas semanas.
Estas estructuras ya están activas en cañadas como Bonavides, San Juan Bosco, Santa Filomena y Las Tres Cruces, ubicadas en sectores como Domingo Savio, La Zurza y La Puya. Según el ingeniero Vladimir Martínez, responsable técnico del Fideicomiso, esas barreras recolectan entre 25 y 30 toneladas diarias de residuos sólidos, cantidad que puede incrementarse en un 40 % en temporada de lluvias.
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“El 50 % de los residuos que capturamos es plástico, principalmente foam y botellas PET”, explica Martínez, al resaltar la urgencia de una mejor gestión de residuos domiciliarios. Las biobardas no solo evitan que la basura flote libremente, sino que también reducen el impacto visual, el hedor y la proliferación de jacintos acuáticos asociados a la contaminación.
El próximo cierre técnico, indica Ramírez Ulloa, es el del vertedero de San Luis, que también afecta al Ozama. Con una inversión de 145 millones de pesos, se contempla también la construcción de una estación de transferencia que permitirá la recolección diaria de hasta 200 toneladas de residuos, considerando el crecimiento habitacional de ese territorio.
Coordinación interinstitucional
Las autoridades son conscientes de que el rescate del Ozama y el Isabela no es una tarea a corto plazo. Por ello, celebran la creación del Gabinete del Río Ozama e Isabela, impulsado por decreto presidencial.
Ramírez Ubiera aboga por una mayor coordinación entre instituciones como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, las alcaldías de Santo Domingo Este, Norte y el Distrito Nacional, así como el sector privado y la ciudadanía.
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