Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
CALIFORNIA, EE. UU.- La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, junto con los gobernantes de más de 30 localidades californianas, solicitaron el cese de las redadas federales contra migrantes que han impactado a ciudades de todo el estado.
Bass y los demás alcaldes — entre ellos, de Montebello, Downey, South Gate y otras urbes — comparecieron ayer en una rueda de prensa después de cinco días de protestas generadas por las redadas antiinmigrantes y el despliegue, por el presidente Donald Trump, de 4 mil efectivos de la Guardia Nacional y 700 Marines en el área de Los Ángeles.
“Cuando se allanan almacenes Home Depot y sitios de trabajo, cuando se separa a padres e hijos, y cuando se recorren nuestras calles con caravanas blindadas, no se busca la seguridad de nadie, sino que se busca sembrar el miedo y el pánico”, sentenció la alcaldesa Karen Bass, señalando que las redadas eran una provocación intencionada de la Casa Blanca.
“Supongo que quizás formamos parte de un experimento nacional para determinar hasta qué punto puede intervenir el gobierno federal y arrebatar el poder a un gobernador, el poder a una jurisdicción local”, añadió la gobernante de Los Ángeles.
Las declaraciones de Bass ocurrieron pocas horas después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijera en una audiencia en el Senado que se podrían enviar tropas a otras ciudades “si hay disturbios en lugares donde los agentes del orden se ven amenazados”.
En Los Ángeles, 700 Marines recibían capacitación sobre cómo manejar disturbios civiles, y aún no apoyaban a las tropas de la Guardia Nacional ni a los agentes federales de inmigración.
De acuerdo con la política del Departamento de Defensa, los Marines pueden detener, pero no arrestar, a personas, y después deben entregarlas a la jurisdicción de las autoridades locales tan pronto como sea posible.
“No somos criminales. Somos gente trabajadora, vinimos a Estados Unidos a trabajar, a mejorar nuestras familias”, declaró por su parte la alcaldesa de South Gate, María Dávila.
Desde el viernes hasta ayer, al menos 330 migrantes habían sido arrestados en Los Ángeles, luego de que se desataran protestas y disturbios contra las redadas del ICE y el despliegue de la Guardia Nacional por el gobierno de Donald Trump.
“Desde el 6 de junio han sido arrestados 330 inmigrantes ilegales como parte de estos disturbios en Los Ángeles, de los cuales 113 tenían condenas penales previas”, según comunicó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en rueda de prensa.
“El presidente Trump nunca permitirá que el gobierno de la turba prevalezca en Estados Unidos”, expresó Leavitt. “El deber más básico del Gobierno es preservar la ley y el orden”, agregó.
La portavoz comunicó que 157 personas han sido arrestadas por cargos de asalto y obstrucción.
Mientras tanto, las redadas continuaron en la ciudad, siendo al menos cinco autolavados en Los Ángeles y el condado de Orange objeto de ellas en los últimos días.
Agregar Comentario