Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Censurado por la ciencia y sujeto a restricciones legales para adultos y prohibido para menores debido a sus efectos perjudiciales en la salud, el tabaco, por su naturaleza adictiva, enfrenta un rechazo social en aumento que lo ha relegado a un estado casi clandestino, con objeciones generalizadas a su presencia en espacios cerrados y, en ciertas urbes, incluso en espacios públicos. El fumador se asemeja a una especie en vías de extinción, principalmente por su exposición a una sustancia cancerígena con alta tasa de mortalidad que no distingue entre pulmones, boca, laringe, faringe, esófago y riñones. Perjudica los vasos sanguíneos y eleva el riesgo de afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial y problemas circulatorios. Ante la favorable disminución en la aceptación pública y las ofensivas de las políticas de salud, la industria y los promotores de cigarrillos no se han dado por derrotados: se han propuesto seducir a adolescentes, aprovechándose de la falta de atención de las autoridades de algunos países, mostrando sus productos a la población escolar, una práctica que recientemente fue denunciada en Santiago de los Caballeros por las autoridades del magisterio nacional.
Se puede leer: Señal de progreso que exige equidad
Resulta alarmante la detección en mochilas escolares, a las puertas de escuelas, de derivados de la hoja que contiene nicotina y compuestos químicos nocivos, así como de los dispositivos para su consumo. En contra de este problema emergente, que se promociona con mensajes e imágenes atrayentes diseñadas para cautivar mentes jóvenes, se ha levantado la comunidad educativa, tanto pública como privada, de la Ciudad Corazón, que ha solicitado el apoyo de las autoridades del Ministerio Público para inspeccionar las pertenencias de los alumnos. La campaña en contra de la inducción de hábitos perjudiciales en la comunidad educativa debe ganar terreno en las familias y hogares de esta ciudad, en apoyo a la decisión de la comunidad docente de aplicar tolerancia cero a la introducción de sustancias que causan dependencia física y psicológica en las escuelas en el próximo ciclo escolar. Esta situación demanda la reactivación de las normativas del Ministerio de Educación, con el objetivo de proteger a los estudiantes de la circulación, el tráfico y el consumo de materiales prohibidos.
Agregar Comentario