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Algunos prefieren ducharse temprano, ya que aseguran que es una forma segura de despertarse. Otros prefieren hacerlo por la noche, para disfrutar de un momento de relajación y dejar atrás un día ajetreado. Y hay quienes no tienen un horario favorito y se bañan para combatir el frío o el calor del verano. Por cualquier razón, ducharse es una acción necesaria para la higiene diaria.
Pero, aunque sea una actividad imprescindible, si no se siguen ciertos hábitos importantes, puede convertirse en algo insalubre. El exceso de higiene parece ser el punto de alerta para dermatólogos e investigadores.
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A continuación, los consejos de expertos para que la ducha sea perfecta y sana.
1. Una vez al día
No exceder la cantidad recomendada es un factor clave. Un estudio de la Universidad de San Diego en Estados Unidos reveló que el exceso de agua y jabón puede debilitar la piel y aumentar la probabilidad de infecciones, ya que destruye las barreras protectoras como el manto ácido, hidrolipídico y córneo.
En caso de ser dos veces al día, deben ser duchas cortas, señaló la dermatóloga Jessica Krant, quien también indicó que si no se tiene una vida muy activa, se puede reducir la frecuencia semanal. Además, no se debe estar bajo el agua durante mucho tiempo seguido. “Para pacientes con dermatitis atópica o piel muy seca, recomiendo duchas de cinco minutos o menos”, dijo a NBC News la dermatóloga Lauren Ploch.
2. La frecuencia del lavado del cabello
Lavar el cuero cabelludo al menos dos veces por semana para evitar la acumulación de aceites que causan descamación y enrojecimiento. “Lavar el pelo todos los días no hace que se caiga más. Ni la frecuencia de lavado ni el uso de cosméticos capilares (gel, cera, tintura, entre otros productos) hacen que el pelo se desprenda más”, dijo Didac Barco, dermatólogo del Centro Médico de Barcelona.
Si el objetivo es cuidar el pelo, que luzca brillante y presentable, lavarlo a diario logrará el efecto contrario. Los componentes químicos del champú, en exceso, producen el efecto opuesto a lo que se busca.
3. Elegir el jabón correcto
“No es bueno abusar en algunas partes del cuerpo, ya que pueden resecar la piel. En las zonas más sensibles -genitales, pies, axilas y manos- sí es necesario un enjabonado adecuado”, dijo a Infobae la dermatóloga Silvia Misuriello (MN 74.587), quien recomendó “usar jabones neutros, de glicerina, con poco detergente o de aceites vegetales, ideales para evitar la irritación de la piel”.
4. Secarse sin frotar
Frotar puede causar irritación y picazón. Es mejor secarse al aire y enfocarse en zonas específicas: “Recuerde especialmente las áreas de pliegues cutáneos, entre los dedos de los pies, en la ingle y debajo de los brazos, para reducir la erupción y el riesgo de infección”, indicó el experto.
Y es clave el material de la toalla, ya que si es áspero contribuirá al desgaste de la epidermis. La suavidad es importante para no dañar la piel.
5. De arriba hacia abajo
Esta es la forma correcta de enjabonarse. Para quienes son propensos al acné, Ploch sugiere lavarse la cara, el pecho y la espalda después de acondicionar el cabello. “Para las personas con piel sensible, aconsejo champú, acondicionador, enjuague y luego limpiar la piel”, aclaró.
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