Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
En su artículo para Forbes, el especialista Mark Travers proporcionó varios consejos para revisar la conexión emocional, establecer expectativas comunes y fortalecer la convivencia en relaciones duraderas.
Con el tiempo, muchas parejas experimentan una transformación sutil: la pasión inicial disminuye, las responsabilidades se multiplican y la relación se ve superada por la rutina.
En matrimonios con hijos, la atención a menudo se centra en la crianza, dejando poco espacio para nutrir el vínculo entre los adultos. En este contexto, no es raro que uno o ambos miembros de la pareja se cuestionen: “¿En qué momento perdimos la conexión?”
Para el psicólogo Mark Travers, de la Universidad de Cornell, el desafío no reside en mantener una ilusión romántica constante, sino en desarrollar prácticas conscientes que fortalezcan el vínculo a largo plazo.
En su columna de Forbes, Travers planteó tres preguntas clave que, si se aplican de forma regular, pueden mejorar la calidad de las relaciones duraderas.
La primera pregunta se enfoca en la evolución compartida como fundamento del vínculo. El psicólogo citó un estudio publicado en Psychological Reports, que investigó cómo la motivación intrínseca, el impulso interno por actuar según los valores e intereses personales, afecta la satisfacción en relaciones prolongadas.
La motivación intrínseca y el interés mutuo son claves para mantener la cercanía emocional y la satisfacción conyugal (Imagen Ilustrativa Infobae)
Lea también: ¿Qué es una relación de pareja abierta?
La investigación, basada en una muestra de 331 adultos, muchos de ellos casados por más de una década, encontró una correlación entre esa motivación interna y mayores niveles de cercanía emocional, apoyo percibido y satisfacción conyugal.
Según Travers, las relaciones no se sostienen únicamente por el compromiso, sino por un deseo activo de invertir en el otro. Frases como “Quiero conocerte mejor” o “Me interesa saber en quiénes nos estamos convirtiendo” pueden renovar el interés mutuo más allá de la obligación.
Recuperar la curiosidad como vía de conexión e indagar sobre los sueños que motivaban a la pareja en el pasado, o sobre las pasiones que aún perduran, permite reactivar el diálogo y mantener viva la relación.
A medida que las personas cambian, también lo hacen sus prioridades. Según Travers, una causa frecuente de desconexión no es la falta de afecto, sino la pérdida de una dirección común. “Cuando dos personas ya no desean el mismo futuro, la desconexión no se debe a la falta de amor”, afirmó.
Una revisión sistemática publicada por Epidemiology and Health analizó los factores que contribuyen a la estabilidad de las parejas en diferentes contextos culturales.
En muchas parejas, la desconexión proviene de no compartir un mismo proyecto de vida, más que de una disminución del afecto (Imagen Ilustrativa Infobae)
Entre los más consistentes se encuentran los valores compartidos, el compromiso, la claridad de roles, la comunicación efectiva, el tiempo de calidad y la alineación en aspectos como la crianza o la administración del hogar.
Estas coincidencias reducen las fuentes de conflicto crónico y fortalecen el sentido de compañerismo. El experto recomendó dedicar, al menos una vez al año, un momento específico para revisar en pareja las metas, aspiraciones y posibles cambios en las prioridades. Este ejercicio de revisión conjunta permite ajustar el rumbo sin exigir certezas absolutas.
El tercer eje se centra en el manejo de los desacuerdos. Para el psicólogo, el problema no es la existencia de conflictos, sino su gestión.
En su columna informativa, hizo referencia a una investigación cualitativa publicada en Contemporary Family Therapy, donde se presenta el concepto de Estrategias de Resolución de Conflictos Negociadas Conjuntamente.
Discutir sin cuidar el vínculo puede afectar tanto la relación como la salud física (Imagen Ilustrativa Infobae)
Según Travers, estos hallazgos refuerzan la importancia de construir una sensación de seguridad emocional, incluso en momentos de tensión. “Esa sensación nunca es algo dado; es algo que las parejas aprenden a crear y mantener a lo largo de su vida en común”, concluyó el psicólogo.
Agregar Comentario