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Cómo surgió WhatsApp: de simple concepto a la app más popular del planeta

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Solo buscaban solucionar un problema específico.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribe profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Hoy parece increíble vivir sin ella, pero si alguna vez te has preguntado cómo surgió WhatsApp, la historia de la app tiene más de lucha personal y casualidades que de grandes inversiones o estrategias planeadas. Sus fundadores no pretendían cambiar el mundo. Solo buscaban solucionar un problema específico.

Jan Koum nació en una pequeña aldea en Ucrania, en una familia humilde. A los 16 años emigró con su madre a California, donde vivieron gracias a ayudas públicas. Su interés por la programación lo llevó a trabajar como ingeniero en Yahoo!, donde conoció a Brian Acton. Tras una década en la empresa, ambos decidieron tomarse un descanso y buscar nuevos retos. Fue entonces cuando Koum tuvo una idea sencilla, pero con potencial: crear una app que permitiera a sus contactos saber si estaba disponible para hablar o no.

La idea inicial era que WhatsApp, nombre que juega con la expresión inglesa “What’s up?”, fuera una especie de agenda inteligente, que mostrara el estado de cada usuario. Sin embargo, algo cambió cuando Apple introdujo las notificaciones push en 2009. Koum adaptó su app para permitir que los usuarios se enviaran mensajes cortos en tiempo real. Acababa de nacer la mensajería instantánea tal y como la conocemos.

A diferencia de otras startups, Koum y Acton se resistieron desde el principio a incluir publicidad. Preferían un modelo simple, de pago simbólico tras el primer año de uso, que garantizara privacidad y experiencia sin interrupciones. Este planteamiento les valió una gran base de usuarios leales. El crecimiento fue exponencial, sobre todo en Europa y Latinoamérica, donde los SMS todavía tenían un coste elevado y las tarifas de datos comenzaban a ser comunes.

WhatsApp se expandió gracias al boca a boca. No hubo grandes campañas, ni marketing agresivo. Su interfaz era austera, sin adornos, y eso jugó a su favor. Era ligera, rápida, directa. Justo lo que millones de usuarios necesitaban.

En 2014, Facebook adquirió WhatsApp por 19.000 millones de dólares, una de las mayores operaciones tecnológicas hasta la fecha. La compra fue vista con recelo por muchos, pero Koum aseguró que la esencia del servicio no cambiaría. Aun así, poco a poco WhatsApp fue integrando funciones más cercanas al ecosistema Meta, como los Estados, inspirados en las Stories de Instagram, llamadas de voz, videollamadas, y más tarde WhatsApp Business.

El compromiso con la privacidad se mantuvo con la incorporación del cifrado de extremo a extremo en 2016, un paso clave para consolidar la confianza de los usuarios.

A día de hoy, WhatsApp cuenta con más de 2.200 millones de usuarios activos mensuales y es la app de mensajería más usada del mundo. Aunque se ha enfrentado a críticas por cambios en sus condiciones de privacidad y por la difusión de bulos, sigue siendo la herramienta de comunicación predilecta para millones de personas y empresas.

La historia de cómo nació WhatsApp demuestra que no hace falta un plan maestro para crear algo revolucionario. A veces, basta con detectar un problema real y atreverse a solucionarlo de forma sencilla y eficaz.

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