Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Senadores y diputados han sido desde hace mucho tiempo objeto de duras críticas debido a que los privilegios que disfrutan no se corresponden con el trabajo que hacen.
La realidad ha mostrado que se han enfocado más en sus beneficios personales, como exenciones de vehículos, asignaciones cuestionables como el “barrilito” para promover el clientelismo y otros ingresos, en lugar de asegurar el cumplimiento de las leyes o simplemente legislar.
Sin ninguna justificación, con el tiempo, importantes proyectos han sido aplazados, como las reformas de los códigos penal y laboral, llegando a constituir una acumulación que ha preocupado a los presidentes del Senado, Ricardo de los Santos, y de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco.
Puedes leer: Presidente del Senado favorece crear Ministerio de la Familia
Ambos han comprendido la necesidad de priorizar la discusión de al menos los proyectos más importantes durante la actual legislatura. Si logran que ambas cámaras cumplan con el objetivo, habrán hecho, aunque sea tardíamente, una contribución significativa al orden institucional del país.
En cuanto al Código Penal, es inaceptable que la propuesta lleve más de 20 años estancada sin que los legisladores, por temor a intereses, se hayan dedicado a aprobarla.
El problema no solo se ha centrado en las tres causales. Los congresistas también saben que la reforma del Código Laboral no puede esperar más y que las presiones sobre la cesantía no han sido el único obstáculo para que no se conozca. De los Santos y Pacheco tienen la capacidad de liderazgo para poner fin a la demora legislativa.
Agregar Comentario