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SAN FRANCISCO .AP. Rafael Devers tenía un mantra constante al hablar con los medios de Boston por primera vez desde que los Medias Rojas lo traspasaron a los Gigantes de San Francisco en un canje inesperado hace cinco días.
“El pasado es pasado”, repitió Devers el viernes cuando le preguntaron sobre su etapa con los Medias Rojas y por qué la relación se vino abajo esta temporada, a tal punto que el equipo lo cambió a menos de dos años de haber firmado un contrato de 10 años y 313,5 millones de dólares en 2023.
Devers dio una pista al ser consultado qué les diría a los fanáticos de Boston sobre por qué está dispuesto a jugar en primera base en los Gigantes si se lo solicitan, después de negarse a hacerlo con los Medias Rojas el mes pasado, cuando se lo pidieron.
“Diría que he hecho buenos números en Boston”, comentó el dominicano. “Creo que me he ganado algo de respeto. Si me lo hubieran pedido al inicio de los entrenamientos de pretemporada, sí, habría jugado en primera”.
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La relación de Devers con los Medias Rojas empezó a deteriorarse cuando el equipo fichó al antesalista Alex Bregman, ganador del Guante de Oro, durante la pretemporada y le pidió al dominicano que se convirtiera en bateador designado del equipo.
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