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¿Por qué te afliges, alma mía, y por qué te angustias en mi interior? Espera en Dios, porque aún le alabaré, mi salvación y mi Dios. Salmos 42:11
Vivimos tiempos donde la ansiedad y la incertidumbre parecen controlarlo todo. Hemos cambiado la paz que Dios nos brinda por una vida llena de inquietud, dudas, zozobra y desesperación. Día tras día, nuestras palabras expresan derrota, y nuestros pensamientos se hunden en un abismo oscuro del que creemos no hay escape.
El rey David, en medio de su sufrimiento, se cuestionó: ¿Por qué voy a preocuparme?
Él decidió levantar la vista y poner su confianza en Dios, incluso cuando todo a su alrededor parecía difícil.
Muchas veces dejamos de ver a Dios en Su magnificencia. Olvidamos que Él es omnipotente (todo lo puede), omnisciente (todo lo sabe) y omnipresente (está en todo lugar). Solo vemos nuestros problemas, nuestras limitaciones y el caos, en lugar de ver al Dios que reina sobre todo.
Hoy es el día para transformar nuestra manera de pensar y recordar que Dios sigue en Su trono. Él tiene el control.
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