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Este miércoles, la doctora Ángeles Sanchís Bonet, especialista en urología oncológica del equipo Ramírez Urología del Hospital Ruber Internacional, alertó que el dolor de huesos en hombres mayores es una “señal silenciosa” de cáncer de próstata metastásico, el segundo tumor más diagnosticado en hombres a nivel mundial, con más de 1,5 millones de casos nuevos al año.
“Un dolor óseo nuevo en un varón mayor debe ser una señal de alerta. Podría ser el primer indicio de metástasis por cáncer de próstata”, afirmó Sanchís con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Próstata, que se celebra este miércoles.
No obstante, lamentó que la enfermedad no tiene suficiente visibilidad, lo que resulta en que muchos pacientes sean diagnosticados cuando ya se ha extendido fuera de la próstata y ha generado metástasis ósea, una situación que se observa “con demasiada frecuencia”.
Además, enfatizó la importancia de diagnosticar mejor aquellos tumores que puedan influir en la supervivencia del paciente, por lo que cree que las tecnologías “avanzadas” ya disponibles deben emplearse “antes” y no “cuando ya es demasiado tarde”.
“Muchos pacientes mayores pueden vivir con su enfermedad si reciben un tratamiento adecuado a su salud general”, agregó la especialista.
Acto seguido, recordó que las principales guías clínicas recomiendan realizar la primera prueba de PSA (Antígeno Prostático Específico) a partir de los 50 años en hombres sin factores de riesgo, edad que se reduce a los 45 en casos con antecedentes familiares de cáncer de próstata, y a los 40 en aquellos con mutaciones genéticas conocidas.
Sin embargo, consideró “urgente” incluir en los protocolos de detección a los hombres mayores, especialmente en un momento en que la esperanza de vida en varones ya supera los 80 años.
Finalmente, valoró de manera positiva que el expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, haya hecho público su diagnóstico de cáncer de próstata, lo que ayuda a dar visibilidad a esta enfermedad.
“Que figuras públicas hablen de ello tiene un gran valor. Lo mismo sucedió con el cáncer de mama: la visibilidad marcó la diferencia”, concluyó Sanchís.
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