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ESTADOS UNIDOS.- El estado de California, baluarte demócrata bajo el liderazgo del gobernador Gavin Newsom, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantienen una relación de constante roce que va más allá de las diferencias políticas.
Aunque las protestas contra las redadas migratorias han exacerbado esta fricción, trasladada a las calles, múltiples sucesos han evidenciado este choque de fuerzas entre las instituciones de California y Trump desde su regreso a la Casa Blanca.
Los incendios de Los Ángeles
Apenas han transcurrido seis meses desde los destructivos incendios que azotaron el condado de Los Ángeles en enero, un tema que avivó la batalla política en cuanto a la gestión de los recursos medioambientales que pudieron haber evitado esta catástrofe.
El presidente calificó a Newsom de “incompetente” y le culpó de la devastación de los fuegos, además de amenazar con recortar los fondos federales debido a la mala gestión forestal de las autoridades californianas.
Incluso el mandatario ordenó liberar miles de millones de galones de agua de dos embalses al norte del estado, que nunca llegaron a las áreas afectadas.
Los demócratas, por su parte, respondieron a la diatriba invitando a Trump a valorar la magnitud de los incendios de Los Ángeles ante las preocupaciones de que recorte el flujo de ayudas para la reconstrucción de las áreas afectadas.
Los vehículos eléctricos
Al tiempo que tenían lugar las polémicas redadas migratorias en California, Trump puso fin a una norma estatal que prohibía los vehículos de gasolina para 2035.
El Estado Dorado, uno de los más progresistas en materia medioambiental, detentaba la autoridad para abordar bajo sus propios marcos legales los estándares de emisiones de vehículos, que han sido más estrictos que los federales.
El bloqueo del mandatario republicano frustraría los esfuerzos de Newsom para acelerar la transición hacia los vehículos eléctricos e impulsar energías verdes que reduzcan los niveles de contaminación del aire en ciudades como Los Ángeles.
Los recursos naturales
Newsom y Trump también chocan en la manera de abordar la extracción de los recursos naturales. El Gobierno federal busca expandir la perforación de petróleo y gas en tierra, o relajar las protecciones a la pesca en áreas protegidas del Pacífico, topándose con el rechazo de California.
Las ciudades santuario
Otro punto de ebullición entre uno de los líderes más progresistas de EE.UU. y el presidente republicano gira en torno a la política migratoria, después de que California se posicionara como un ‘estado santuario’, lo que limita la cooperación de las fuerzas locales con las agencias de inmigración.
Siendo San Francisco la ciudad donde surgieron las ciudades santuario en EE.UU. y al ser California un estado con una gran población inmigrante, la Administración de Trump ha criticado duramente a Newsom por permitir el uso de esta norma, que dificulta al Gobierno su capacidad para efectuar arrestos contra inmigrantes.
Mayor intervención de las fuerzas federales
Ligado al punto anterior, mientras Trump apuesta por una mayor intervención de las fuerzas federales cuando considere que los estados no están en disposición de hacer frente a un asunto, California defiende con uñas y dientes su autonomía y el derecho a promulgar sus leyes y políticas.
Este fue el caso de las protestas, aunque el punto de fricción estuvo en la decisión de Trump de desplegar a la Guardia Nacional de California en las calles, un movimiento que las autoridades estatales no solo consideraron ‘ilegal’, sino que además creen que generó miedo e incitó a los manifestantes a responder a actos provocadores.
La atención médica estatal a migrantes indocumentados
El programa de atención médica estatal de California (Medi-Cal) extiende la cobertura a migrantes indocumentados, lo que ha despertado las críticas del Gobierno de EE.UU.
A esta cuestión, Newsom cedió el pasado mayo y propuso congelar la inscripción de indocumentados para ahorrarle al estado unos 5.400 millones de dólares ante la incertidumbre fiscal y las amenazas de Trump por suspender fondos federales al estado.
California ha emprendido varias batallas legales contra Trump sobre estas cuestiones, que seguramente llegarán al Tribunal Supremo.
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