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NUEVA YORK, EE. UU. — La defensa legal de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los históricos jefes del Cártel de Sinaloa, ha pedido a la Corte del Distrito Este de Nueva York una prórroga de 60 días para buscar alternativas legales que le permitan eludir la pena de muerte en Estados Unidos. Este recurso judicial ha conllevado el retraso de la audiencia programada para el 16 de junio, sin que se haya fijado aún una nueva fecha.
El aplazamiento fue respaldado por el Departamento de Justicia de EE. UU. y tiene como justificación la revisión de nuevas evidencias y la exploración de una “posible salida externa” en el proceso legal del narcotraficante mexicano, quien ha estado en el centro de uno de los juicios más complejos sobre narcotráfico y crimen organizado transnacional.
“Negar mi solicitud de repatriación (…) implicaría aceptar la subordinación al gobierno norteamericano”, escribió Zambada, alertando además que el caso podría sentar un precedente peligroso para la política exterior mexicana.
El exlíder criminal también advirtió que, si el gobierno mexicano no actúa, su caso podría convertirse en un punto de quiebre diplomático, capaz de provocar un “colapso en la relación bilateral” entre México y Estados Unidos, especialmente tras la reciente designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte de autoridades estadounidenses.
En el mismo escrito dirigido a las autoridades mexicanas, Zambada solicitó que la Fiscalía General de la República (FGR) sea notificada de su caso, señalando la existencia de una supuesta carpeta de investigación en la que figura como víctima del traslado forzado.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, confirmó haber recibido el documento y explicó que el gobierno está analizando la situación desde el punto de vista jurídico y de derechos humanos.
“No se trata de defender a una persona, sino de revisar si hubo una violación al debido proceso y si hay implicaciones para la soberanía nacional”, declaró Sheinbaum.
Esta declaración llega en un momento delicado en la relación México-Estados Unidos, marcada por el control fronterizo, el tráfico de fentanilo y la cooperación en seguridad, temas en los que la figura de Zambada podría tener implicaciones políticas y diplomáticas de gran alcance.
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