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Según un comunicado, el Museo considera descabellada, desde la perspectiva educativa, la intención de transformar estas residencias en museos, dado que fueron mansiones creadas con fondos robados al erario público por el dictador. Subrayan que mostrar la vida fastuosa de un individuo que despojó al Estado envía un mensaje negativo a la juventud, refiriéndose a casas como “Hacienda María y la Casa de la Caoba”, que simbolizan el lujo y la opulencia obtenidos mediante la corrupción. Podría interesarte: Qué ocurrió con la familia de Trujillo tras su ejecución. “¿Qué tipo de mensaje transmitiríamos a los visitantes, especialmente escolares, sobre la vida lujosa de quienes saquean el dinero público?”, plantea el comunicado del Museo de la Resistencia. Además, se recuerda que la Casa de la Caoba fue escenario de abusos sexuales perpetrados por Trujillo, lo cual agrega una dimensión grotesca a la historia del lugar. En lugar de museos, se sugiere convertirlas en sitios de reflexión o demolerlas para edificar instituciones públicas que beneficien a las comunidades. “Lo adecuado es borrar cualquier rastro de ignominia y levantar en su lugar instituciones públicas que ofrezcan a las comunidades los servicios que la dictadura les negó”, se justifica. También mencionan ejemplos internacionales, como la casa de Hitler en Austria, transformada en una estación de policía, y el búnker de Hitler en Alemania, convertido en un parque en memoria de las víctimas del Holocausto, como ejemplos a imitar.
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