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Impacto. El presidente de la nación y líder republicano busca tenerlo rubricado antes del 4 de julio. Controversias. La iniciativa ha generado fuertes debates.
Washington.- El Senado estadounidense dio inicio ayer al debate sobre el plan fiscal y presupuestario promovido por el presidente, Donald Trump, tras 16 horas de lectura en voz alta del proyecto, un intento de los demócratas por retrasar el proceso y evidenciar sus recortes.
La Cámara Alta había aceptado su debate formal el sábado por la noche con 51 votos a favor y 49 en contra, e inmediatamente después los demócratas aprovecharon la normativa para leer en el hemiciclo sus 940 páginas, un proceso que comenzó y se extendió hasta la tarde del domingo.
Los senadores ahora tienen 20 horas de debate antes de que los legisladores puedan pedir la votación de diferentes enmiendas.
Una vez aprobada la versión final de esa cámara, esta regresará a la Cámara Baja y de ahí irá al Despacho Oval de la Casa Blanca para la ratificación por parte de Trump.
El líder republicano quiere tenerlo firmado antes del 4 de julio, Día de la Independencia estadounidense, pero la falta de consenso dentro de la bancada republicana ha puesto en duda el proceso.
Algunos senadores conservadores se oponen a los recortes a los programas sociales, temiendo cómo esto podría afectarles en sus distritos electorales de cara a las elecciones de medio mandato de 2026, y otros alertan sobre su impacto fiscal.
El plan validado el 22 de mayo por la Cámara de Representantes le costaría a la deuda pública un estimado de 3,9 billones de dólares en la próxima década, frente a los 2,4 billones previstos anteriormente, según un cálculo reciente de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés).
Según el senador demócrata Mark Warner, está por ver si aquellos republicanos que han mostrado su preocupación por los recortes contemplados “tendrán la valentía” de actuar conforme a sus convicciones.
Uno de esos legisladores conservadores opuestos al plan es Thom Tillis, quien sí se ha atrevido a decir que en su versión actual no lo respaldará y que ha recibido fuertes críticas por parte de Trump por distanciarse de la mayoría. Tillis anunció ayer que en 2026 no buscará la reelección.
Los republicanos tienen en el Senado 53 de los 100 escaños, por lo que no pueden perder más de tres votos.
El demócrata Dick Durbin apeló ayer a que cuatro de sus colegas en la oposición se atrevan a dar el paso para frenar un proyecto que, en su opinión, es peligroso y quitará servicios médicos a 16 millones de estadounidenses para dar exenciones fiscales a los multimillonios.
Trump eleva el gasto en defensa y control migratorio, y reduce programas sociales como Medicaid y cupones de alimentos.
“Estados Unidos quiere impuestos reducidos, incluyendo cero impuestos sobre las propinas, horas extra y la seguridad social, deducciones de intereses en autos, seguridad fronteriza, un Ejército fuerte y una ley que es grandiosa para nuestros campesinos, fabricantes y el empleo general”, escribió el mandatario el sábado en la red social Truth Social.
Los recortes de impuestos que discute el Senado equivaldrían a 4,2 billones de dólares, lo que no se compensaría con las reducciones al presupuesto público.
Una voz disidente
El magnate Elon Musk acusó al Senado de “destruir millones de empleos” al compartir en X un cálculo de Jesse Jenkins, profesor de Princeton, sobre que el proyecto “matará” cientos de miles de millones de dólares de inversión en energía y manufactura, elevará la contaminación y reducirá la capacidad de competir con China.
Movilidad eléctrica
— Impuestos
El presupuesto incrementará impuestos en todos los proyectos de energía eólica y solar que no han comenzado a construirse. Además, elimina los incentivos fiscales a los vehículos eléctricos.
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