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El auge del consumo de marihuana a nivel mundial ha modificado costumbres y percepciones, pero la evidencia científica reciente revela un aspecto preocupante: los riesgos para la salud cardiovascular.
Muchas personas creen que todos los componentes del cannabis son inofensivos, sin embargo, nuevos datos advierten lo contrario.
Investigadores en Francia llevaron a cabo un meta-análisis internacional que evaluó la relación entre el consumo de marihuana y los riesgos cardíacos. El trabajo fue publicado en Heart, la revista oficial de la Sociedad Cardiovascular Británica.
El estudio revisó millones de historiales clínicos y analizó 24 investigaciones centradas en infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) y muertes por causas cardíacas entre consumidores y no consumidores de cannabis.
La autora principal del estudio, Emilie Jouanjus, afirmó: “Nuestros hallazgos demuestran vínculos significativos entre el consumo de cannabis y graves riesgos para la salud cardiovascular. Esto subraya la necesidad de investigar su consumo en pacientes con problemas cardíacos”.
La marihuana, o Cannabis sativa, se utiliza con fines recreativos, medicinales e industriales. Su principal compuesto psicoactivo es el tetrahidrocannabinol (THC), responsable de los efectos que alteran la mente y el cuerpo.
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Estudios previos ya habían relacionado el consumo de cannabis con euforia, alteración de la percepción, deterioro de la memoria a corto plazo y cambios en el estado de ánimo. También puede afectar la coordinación motora, disminuir los reflejos y reducir la concentración.
En lo cardiovascular, se ha vinculado con un aumento de la frecuencia cardíaca, fluctuaciones de la presión arterial, riesgo de arritmias y, en quienes lo fuman, problemas respiratorios como tos crónica y bronquitis. Además, existen riesgos psicológicos como ansiedad, depresión o trastornos psicóticos, especialmente en personas vulnerables.
El estudio publicado en Heart subraya que los efectos nocivos aumentan con las nuevas variantes de cannabis, más potentes y con mayores concentraciones de THC. Este compuesto provoca una mayor frecuencia cardíaca, vasoconstricción y estrés oxidativo, una combinación que puede agravar condiciones preexistentes o generar nuevas enfermedades.
Se incluyeron 24 estudios de cohortes, observacionales y de casos y controles, abarcando personas entre 19 y 59 años, con predominio de varones jóvenes.
Los autores instaron a aumentar la conciencia pública sobre el potencial daño del cannabis para el corazón.
En el mismo número de Heart, los investigadores Stanton Glantz y Lynn Silver, de la Universidad de California en San Francisco, argumentaron que el consumo de marihuana debe considerarse un factor de riesgo cardiovascular. Advirtieron que los productos actuales son más potentes y su uso más frecuente, lo que agrava el riesgo.
Recomendaron incluir el consumo de cannabis en las evaluaciones clínicas y en las políticas de salud pública, equiparándolo al control del tabaco.
En diálogo con Infobae, el cardiólogo Carlos Tajer, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, sostuvo: “El consumo de cannabis, incluyendo el medicinal, se asocia con un mayor número de eventos cardiovasculares como infartos o muerte cardíaca”.
Tajer mostró preocupación por el uso creciente de aceites de cannabis entre adultos con factores de riesgo, y advirtió sobre la falta de estudios prospectivos rigurosos en esos grupos.
Por su parte, la psiquiatra Marcela Waisman Campos, directora del Centro Neomed, destacó que “el nuevo estudio aporta evidencia sólida de los riesgos del THC sobre el sistema cardiovascular”. Advirtió que no recomienda consumir ningún producto que no sea indicado médicamente y bajo supervisión profesional.
Finalmente, aclaró que el cannabidiol (CBD), otro componente del cannabis sin efecto psicoactivo ni cardiotóxico, sí está autorizado en algunos casos médicos específicos, como la epilepsia refractaria.
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