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Todo es verídico en la película, incluyendo los autos que conducen los actores.
Con Lewis Hamilton en la producción y unas escenas de carreras asombrosas, ‘F1: The Movie’ llega esta semana a los cines del mundo entero con la intención de ser el éxito del verano, aprovechando el tirón de Brad Pitt y lo bien que funciona el deporte en el cine.
Pero para aquellos que no adoran a Pitt o la Fórmula 1, la película es un conjunto de clichés en una historia ya vista en el cine, que solo se sostiene por el encanto de su protagonista y por las brillantes escenas filmadas por Joseph Kosinski, que ya demostró su talento en ‘Top Gun: Maverick’.
Brad Pitt interpreta a Sonny Hayes, un experimentado piloto que de joven prometía ser un gran campeón de F1 hasta que un accidente truncó su carrera. Treinta años después sobrevive en carreras como las 24 horas de Daytona hasta que un viejo amigo, Ruben Cervantes (Javier Bardem) le ofrece volver a la principal competición automovilística del mundo para ayudarle a salvar su escudería.
Una mujer, Kate, es la ingeniera jefe del equipo -interpretada por la irlandesa Kerry Condon, que brilló en ‘The Banshees of Inisherin’, y que aquí es simplemente el elemento femenino del filme-, el piloto joven y arrogante es negro (Damson Idris) y el dueño del equipo -Bardem-, hispano.
Todo muy políticamente correcto, con la excepción del personaje de Pitt, un veterano que ha pasado por todo y que no duda en saltarse mil veces las reglas de la Formula 1 para ayudar a su equipo.
Una película que reproduce media temporada de la F1, con carreras en Silverstone, Monza, Las vegas, Budapest, Abu Dhabi, Ciudad de México o Spa-Francorchamps y que se ha rodado en los circuitos reales.
Especialmente en el circuito de Silverstone, que permitió al equipo rodar incluso durante un fin de semana de carrera, eso sí, les dieron solamente 20 minutos para grabar algunas escenas con 120.000 personas llenando las instalaciones, como se puede ver en un vídeo de Warner sobre la película.
Todo es real en el filme, incluso los coches que conducen Brad Pitt y Damson Idris, que fueron desarrollados para el rodaje por un equipo de ingenieros de AMG Mercedes.
Pitt e Idris pilotaron los coches, en los que se instalaron siete cámaras -un modelo más evolucionado del que se desarrolló para el rodaje de ‘Top Gun: Maverick’- para grabar cada detalle de las carreras porque el objetivo del director es que el espectador no solo disfrute de la Fórmula 1, sino que la sienta.
Un realismo que también se ve reflejado por la participación de las escuderías que compiten en los campeonatos de Fórmula 1 y sus pilotos.
En la película aparecen pilotos como Charles Leclerc y Lewis Hamilton, de Ferrari; Max Verstapen, de Red Bull; Carlos Sainz, de Williams; y Alexander Albon; Fernando Alonso, de Aston Martin, o George Russell, de Mercedes.
Todo un despliegue que hace que por momentos la película parezca casi un documental sobre el mundo de la Fórmula 1, aunque eso sí, con toneladas de efectos especiales y persecuciones espectaculares que de inmediato hacen que el espectador regrese a la ficción.
Más de 300 millones de dólares de presupuesto, según los medios estadounidenses, para una película que se ha hecho en colaboración con la organización de la F1 y sus diez equipos y que ha encontrado en Brad Pitt la mejor publicidad posible para su deporte.
Y que se inscribe en la tradición de Hollywood de cine sobre carreras, que tiene ejemplos notables como ‘Le Mans’ (1971), con Steve McQueen, o ‘Ford v Ferrari’ (2019), con Matt Damon y Christian Bale.
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