Salud

¿Infusión de cúrcuma y jengibre? La clave para un sistema inmunitario fuerte

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Ambas raíces, de amplio uso en la medicina tradicional asiática desde hace siglos, han obtenido respaldo científico en las últimas décadas por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y digestivas. Tomarlas en infusión no solo es una manera simple de incorporarlas a la dieta, sino también una herramienta efectiva para cuidar el cuerpo de manera integral.

La cúrcuma (Curcuma longa) contiene un compuesto activo llamado curcumina, muy estudiado por su capacidad para modular la respuesta inmunológica. Según una revisión publicada en International Journal of Molecular Sciences, la curcumina puede influir en la actividad de células inmunitarias clave como los linfocitos T, macrófagos y células dendríticas, además de inhibir la producción de citoquinas inflamatorias como TNF-α e interleucinas.

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Por su parte, el jengibre (Zingiber officinale) aporta gingerol, un compuesto bioactivo con efectos inmunomoduladores, antioxidantes y antiinflamatorios. Un estudio publicado en Journal of Ethnopharmacology indicó que el gingerol puede ayudar a reducir la inflamación sistémica y a combatir patógenos respiratorios y digestivos, lo que lo convierte en un aliado contra infecciones virales y bacterianas.

Combinados, estos ingredientes actúan de forma sinérgica, fortaleciendo las defensas naturales del organismo, neutralizando radicales libres y equilibrando la respuesta inmune para prevenir enfermedades y apoyar la recuperación.

Además del fortalecimiento inmunológico, la cúrcuma y el jengibre ofrecen una serie de beneficios adicionales para la salud:

Efecto antioxidante potente: la curcumina y el gingerol ayudan a neutralizar los radicales libres, responsables del daño celular y del envejecimiento prematuro.

Acción antiinflamatoria: ambos ingredientes inhiben rutas inflamatorias como la NF-κB, lo cual es útil para personas con artritis, enfermedades autoinmunes y afecciones inflamatorias crónicas.

Apoyo digestivo: el jengibre estimula los jugos gástricos y mejora la absorción de nutrientes, mientras que la cúrcuma calma la mucosa intestinal y reduce la hinchazón.

Mejora de la función cerebral: la cúrcuma puede aumentar los niveles de BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), lo cual se relacionó con un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Control metabólico: estudios demostraron que la cúrcuma mejora la sensibilidad a la insulina y que el jengibre ayuda a regular el apetito y el metabolismo.

Estas raíces, consumidas con regularidad, no solo ayudan a prevenir enfermedades infecciosas, sino que también promueven un estado general de bienestar físico y mental.

Preparar esta infusión en casa es muy sencillo y solo requiere ingredientes frescos y accesibles.

Se recomienda tomar esta infusión una vez al día, preferiblemente por la mañana para aprovechar su efecto energizante y digestivo. También se puede tomar fría en verano como un tónico revitalizante.

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