Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
El mercado laboral juvenil en la República Dominicana ha mostrado una notable recuperación pospandemia en términos de empleo, acercándose a los niveles previos a la crisis. El desempleo juvenil se considera uno de los problemas sociales contemporáneos de mayor envergadura. El aumento de la desigualdad en el acceso a empleos entre jóvenes y adultos, la mayor probabilidad de formar parte del mercado informal al momento de emplearse, el aumento de la delincuencia y la violencia, la inseguridad alimentaria y la subutilización del bono demográfico, son solo algunas de las consecuencias que acarrea una alta tasa de desocupación juvenil.
Así lo señala la publicación titulada “¿Crisis del empleo juvenil en la República Dominicana?” realizada en 2017 en el país. Este informe añade que “a mayor desempleo juvenil se le atribuye también el aumento o prevalencia de la pobreza, puesto que sin empleo o sin ingresos, o con ingresos precarios, las personas jóvenes enfrentan presiones para romper la dependencia económica de sus padres”.
El Banco Mundial, con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2023, estima que un 11,68% de la población activa total entre 15 y 24 años de edad en República Dominicana está desempleada. Entre Cuba, con un 4,2 % y San Vicente y las Granadinas con un 42,3%, la media isla se posiciona en el puesto número 12 de la región con menos desocupados.
Que se haya bajado un puesto y un 4.2% desde 2019 son datos alentadores. Asimismo, el país ha experimentado un crecimiento económico sostenido y su economía ha sido considerada como una de las más dinámicas de América Latina en los últimos años, pero los datos del Banco Central y la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) revelan que este dinamismo no se traduce en suficientes oportunidades de empleo para las nuevas generaciones.
Mujeres, la mayor proporción de desocupadas. Uno de los factores que ha marcado a la población económicamente activa juvenil a través de los años es una brecha de género significativa, con las mujeres jóvenes como las más afectadas.
Si bien es cierto que las cifras de ocupación femenina muestran un crecimiento a lo largo del tiempo, estas continúan siendo la mayor proporción de desocupados. Entre 2019 y 2023, el número total de personas jóvenes desocupadas en el país osciló entre las 190 mil y más de 260 mil por año, según la ENCFT 2017-2023; de ellas, un promedio de 135,718 mujeres entre los 15 y los 35 años estuvieron desocupadas por año.
Cabe aclarar que una persona desocupada no es necesariamente alguien inactivo. Según la metodología oficial, la categoría incluye tanto a quienes buscan activamente empleo como a quienes han perdido uno recientemente (cesantes). Muchos de estos jóvenes, tanto hombres como mujeres, se encuentran en una búsqueda activa, acudiendo a jornadas de empleo, inscribiéndose en plataformas públicas o explorando vías informales.
A nivel de edades específicas, las mujeres mantuvieron cifras de desempleo más altas que los hombres en la mayoría de los años, especialmente a partir de los 21 años. Sin embargo, hubo excepciones donde el desempleo masculino fue mayor o muy similar, como en el caso de los jóvenes de 16 años en 2019 y 2023, 17 años en 2022, 18 años en 2020, 2022 y 2023, 20 años en 2020, 2022 y 2023, y 23 años en 2020; dando paso a otra de las constantes en el mercado laboral para los jóvenes dominicanos: la brecha generacional.
La brecha generacional. Una investigación de Fernando Barrero y Javier Villamizar sobre los cambios en los perfiles laborales en el país expone que la mayor proporción de las empresas continúa solicitando personal en edades de 25 a 45 años.
Las cifras más actuales nos muestran que en el primer trimestre de 2023 había más de 191,000 jóvenes entre 15 y 35 años desocupados, frente a 2,519,233 ocupados con menos de 39 años. Los más afectados se concentran entre los 18 y los 29 años, etapa en la que muchos de ellos culminan su formación académica y técnica o sus estudios superiores y se insertan por primera vez en el mercado laboral. Esto evidencia que, pese a tener más energía y formación reciente, los jóvenes dominicanos siguen enfrentando enormes barreras para acceder a un primer empleo formal y estable. Asimismo, edades como los 24 y los 27 años registraron más de 15,000 desocupados por año, en varios períodos.
27 años, edad de muchas variaciones. A nivel general, el grupo de 27 años destaca por experimentar fluctuaciones particularmente drásticas. Se registró un aumento significativo de 12,074 desocupados en 2020 a 17,479 en 2021, un cambio atribuido a las reducciones de plantillas y el cierre de negocios durante la pandemia por Covid-19. En 2022 se presenta una fuerte caída que resulta positiva a 9,660, una cifra cercana a los tiempos previos al confinamiento. Pero no por mucho tiempo, ya que, al año siguiente, 2023, hubo un repunte muy marcado a 16,501. Convirtiendo así a este rango de edad como el más volátil durante el período analizado.
De igual forma los jóvenes de 31 y 34 años experimentaron cambios importantes, con casi 5,000 de ellos ocupados en ambos grupos de edad entre 2021 y 2022. Para los de 31 años, hubo una reducción de 9,890 desocupados en 2021 a 4,981 en 2022 (una reducción de 4,909 personas). Mientras que para los de 34 años, la caída fue de 8,791 en 2021 a 3,984 en 2022 (una reducción de 4,807 personas).
¿Y en 2025? Aunque aún no se cuenta con datos actualizados sobre la juventud desempleada en 2025, en el primer trimestre de este año ya se registran 261,930 personas sin empleo. Esta cifra, aunque probablemente desalentadora para quienes la conforman, está por debajo del promedio de desocupados en los últimos seis años, reflejando una notable recuperación pospandemia en términos de empleo. Si bien hubo una leve mejoría en 2022, los números de 2023 y los reportes parciales de 2024 y 2025 evidencian que la desocupación juvenil sigue estancada por encima de los 190,000 casos anuales.
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