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LIVE OAK, FLORIDA — María Isidro, madre de cinco hijos y esposa de un pastor evangélico en Florida, fue deportada a México el pasado 11 de junio, después de casi tres décadas de residir en Estados Unidos. El caso ha causado controversia y dolor entre familiares, amigos y miembros de la comunidad cristiana que la conocen.
María llegó al país con una visa médica legal para acompañar a su hijo enfermo. Desde entonces, vivía con su familia en Live Oak, donde su esposo, el pastor Josafat Isidro, dirige el Centro de Adoración Vida Nueva, una iglesia local.
En entrevista con CBN News, su hija Daniella Isidro explicó que, durante años, su madre se había reunido anualmente con funcionarios de Seguridad Nacional como parte de un acuerdo migratorio supervisado. “Era una rutina durante más de una década”, comentó. “Siempre nos aseguramos de hacer todo legalmente”.
Sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ofreció otra versión. Según la portavoz Tricia McLaughlin, María tenía una orden final de deportación desde 2004 por no haberse presentado a una audiencia. “Ha agotado todo el debido proceso”, declaró. “Fue arrestada el 3 de junio y deportada ocho días después”.
La funcionaria también negó las acusaciones de que María no recibió atención médica durante su detención. “El ICE ofrece atención médica completa desde el momento en que alguien entra bajo custodia”, dijo McLaughlin.
La familia Isidro, sin embargo, insiste en que todo fue un malentendido. Aseguran que el problema legal de 2004 fue resultado de una confusión con la dirección, que luego se corrigió. También presentaron a CBN News una tarjeta de Seguro Social emitida a María en 2015 para propósitos laborales, y afirman que su hijo presentó una petición de patrocinio familiar en 2023, aún en revisión.
Daniella recuerda que el 2 de junio su madre recibió una notificación repentina para presentarse al día siguiente ante ICE, algo inusual según su experiencia. “Siempre nos avisan con semanas de anticipación. Esto fue extraño”, afirmó.
María fue detenida al llegar a esa cita el 3 de junio. “No cometió ningún delito, es una mujer cristiana que ha servido a su familia, a su comunidad y a su iglesia por décadas”, dijo su hija.
La familia espera que las autoridades reconsideren el caso a la luz de los nuevos documentos y su historial de cooperación. Mientras tanto, la congregación del pastor Josafat Isidro sigue orando por el pronto regreso de María y por consuelo en medio de esta separación forzada.
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