Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Protagonizada por jóvenes de clase media alta, mayormente profesionales con estudios en el extranjero, la expedición del 14 de junio de 1959 contra la férrea tiranía de Trujillo, cuyo aniversario 66 se conmemora mañana, está rodeada de un simbolismo especial.
Los expedicionarios eran conscientes de sus limitaciones en cuanto a armamento bélico y de la capacidad de las tropas militares del dictador, pero confiaban en que su acto encendería la llama de la liberación del pueblo dominicano.
No venían a inmolarse ni eran solo soñadores, ya que tenían hasta un programa de gobierno que implementarían si vencían en la lucha contra el sangriento régimen.
Puedes leer: Trujillo: Poder, títulos y la caída de un dictador
El ejército trujillista, al arribar el primer grupo, desplegó todas sus fuerzas para aniquilarlo. La sangre de los expedicionarios, conocidos como “Raza Inmortal”, no fue derramada en vano, pues avivó la indignación que culminó con el ajusticiamiento de Trujillo el 30 de mayo de 1961.
En medio del ambiente de rebeldía creciente, Trujillo ordenó el asesinato de las hermanas Mirabal, el 25 de noviembre de 1960, precipitando así su propio final y el de la dictadura.
Los sobrevivientes de los 198 expedicionarios que desembarcaron por Constanza, Maimón y Estero Hondo fueron los dominicanos Poncio Pou Saleta, Francisco Medardo Germán y Mayobanex Vargas Mueses, junto con los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal.
En honor a los guerrilleros, esta gesta perdura en la memoria de la nación.
Agregar Comentario