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Los Ángeles — En una muestra clara de activismo cívico, miles de residentes de Los Ángeles salieron el 14 de junio para participar en la protesta “No Kings Day”, un movimiento nacional que cuestiona las políticas del presidente Donald Trump contra los inmigrantes indocumentados y lo que muchos ven como tendencias autoritarias.
Entre la multitud sobresalieron las familias, con muchos padres y madres que llevaron a sus hijos para que aprendieran en vivo sobre la importancia de la participación, el derecho a protestar, la solidaridad con la comunidad inmigrante y las duras políticas en su contra.
María Gutiérrez, madre de la localidad, explicó: “Quiero que mis hijos entiendan que la democracia no es solo una palabra, es algo que debemos defender activamente”, dijo la residente del Este de Los Ángeles. Su hija Sofía, de 10 años, sostenía un cartel que decía “Los inmigrantes también son humanos”.
Ana López, otra madre participante, dijo: “Traer a mis hijos me parece crucial para que vean que defender nuestros derechos es responsabilidad de todos, sin importar la edad. Quiero que sepan que protestar es una forma legítima de hacer oír nuestra voz”.
Esta movilización masiva fue parte de una protesta nacional en la que más de cinco millones de personas participaron en más de 2,100 eventos en todo el país, según las organizaciones ACLU, Service Employees International Union (SEIU) y Movimiento 50501, patrocinadoras de las manifestaciones.
Las protestas se producen tras una semana marcada por desafíos significativos a las libertades civiles. En particular, el presidente Trump desplegó tropas de la Guardia Nacional federal en California sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom y envió militares en servicio activo a ciudades estadounidenses para controlar las protestas.
Carlos Martínez, padre de dos hijos, agregó: “Es importante que mis hijos sepan que la libertad no es algo garantizado, sino que hay que luchar por ella constantemente, y la protesta pacífica es una herramienta poderosa para eso”, dijo.
Otro participante, Clemente Rivas, comentó que sus hijos, como muchos niños están pegados a las redes sociales donde se están viendo las redadas de parte de los agentes de inmigración.
“La historia nos observa, y no podemos esconder a nuestros hijos de la crudeza de la política actual. Mis hijos son ciudadanos, pero sus padres son inmigrantes, y aun con documentos legales no podemos dejar de apoyar a los que no tienen estos documentos”, dijo Rivas.
En tan solo 10 días, la agencia ICE intensificó las redadas en California y centros urbanos como Filadelfia, Nueva York, Chicago, Seattle y Washington, D.C., generando miedo entre las comunidades inmigrantes.
La tensión también se hizo evidente en Washington, donde funcionarios del gobierno federal retiraron y esposaron por la fuerza al senador Alex Padilla (D-Calif.), el líder latino de mayor rango en el Congreso, cuando buscaba respuestas sobre las acciones de la administración.
Las protestas de “No Kings Day” reflejaron la creciente ola de resistencia contra lo que los participantes describen como una erosión peligrosa de las normas democráticas y un llamado urgente a defender los derechos civiles en todo el país.
La manifestación coincidió con el 79º cumpleaños de Trump y un desfile militar en Washington, D.C., que críticos compararon con una exhibición monárquica.
Juan Pérez, que llevó a su hijo a la protesta, añadió que busca que su hijo de siete crezca con la idea de que protestar es “un deber cuando vemos injusticias”.
“Es injusto que el presidente haya dicho que se enfocaría en los criminales cuando los va a buscar a la escuela, al trabajo, a las cortes… eso es injusto y debemos alzar la voz”, dijo el padre de familia.
Sin embargo, hace unas horas, el presidente ha ordenado una pausa en las redadas migratorias dirigidas a sectores como la agricultura, la hostelería y la industria alimentaria.
Esta decisión se produce tras reconocer que las políticas de inmigración estrictas han tenido un impacto negativo en industrias que dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante.
La nueva directiva permite continuar con investigaciones relacionadas con delitos graves como la trata de personas y el narcotráfico, pero suspende las operaciones de control de calidad en centros de trabajo agrícolas, restaurantes y hoteles, a menos que estén vinculadas a investigaciones criminales.
Para muchos, este alto llega demasiado tarde. Unas 50,000 personas se encuentran actualmente bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), según el informe más reciente de la agencia, un 25% en tan solo cuatro meses.
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