Internacionales

LA IGLESIA Y LA POLÍTICA: SU MISIÓN, PREDICAR EL EVANGELIO

2025 06 755744593.png
Una Iglesia se refiere tanto a una comunidad local como a una institución religiosa que agrupa a cristianos de una misma confesión.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

DANLÍ, El Paraíso. ¿Qué entendemos por Iglesia y política? Una Iglesia se refiere tanto a una comunidad local como a una institución religiosa que agrupa a cristianos de una misma confesión. La política es un conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones en grupo, u otras formas de relaciones de poder entre individuos, como la distribución de recursos o el estatus.

La Iglesia según la Biblia, no se refiere únicamente a un edificio, sino al conjunto de personas que confiesan a Jesucristo como su Salvador y Señor. Es el cuerpo de Cristo, formado por todos aquellos que han sido salvados por la fe en Él y viven una vida de obediencia a Dios. Política según Platón, es causa del bienestar del Estado que debe favorecer el bien público y no el bien particular, porque el interés común liga y une las partes del Estado, mientras que el interés privado las desune.

Muchos cristianos evangélicos y católicos practicantes comprometidos rechazan abiertamente la participación de los creyentes en la política partidista o vernácula. Sin embargo, en los últimos tiempos han surgido partidos políticos dentro de muchos grupos evangélicos en América Latina, incluso en Honduras, hubo en el pasado reciente la intención de fundar un partido político contraviniendo los principios del evangelio.

Durante el gobierno anterior la participación de pastores evangélicos en política fue notoria, algunos se convirtieron en asesores y consejeros. La Confraternidad Evangélica de Honduras, abiertamente fue solidaria con el gobierno, al punto de que algunos pastores profetizaban que Dios les había revelado que había ungido por el bien de la Patria al expresidente Juan Orlando Hernández.

En la actualidad, los mismos que oraban en la sede presidencial, ahora están unidos a los partidos de la oposición en contra del sistema actual y, según las plegarias, en contra del llamado “socialismo democrático” y la preservación de la democracia, eso es entrar de lleno al ambiente político del momento. La misión de la Iglesia es otra desde el día de Pentecostés. Jesús fue claro, no podrás servir a dos señores, o amas uno y aborreces a otro.

La relación entre la Iglesia y la política es un tema complejo y multifacético que ha sido objeto de debate a lo largo de la historia. En resumen, la Biblia establece principios tanto de obediencia a las autoridades civiles como de compromiso con los valores del Reino de Dios, lo que puede generar tensiones y desafíos en la práctica. La Biblia, especialmente en Romanos 13 y 1 Pedro 2, enseña que las autoridades civiles son instituidas por Dios y que los cristianos deben obedecerlas en asuntos que no contradigan la ley de Dios.

La Iglesia, como cuerpo de Cristo, tiene la misión de proclamar el evangelio, enseñar la doctrina bíblica y discipular a los creyentes. Esto implica un compromiso con los valores del Reino de Dios, como la justicia, la paz y la reconciliación, que pueden entrar en conflicto con ciertas políticas y prácticas del Estado.

SEPARACIÓN ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO

Aunque la Iglesia y el Estado tienen diferentes funciones, no existe una separación absoluta. La Iglesia no debe convertirse en un partido político ni buscar poder terrenal, pero sí puede y debe influir en la sociedad a través de sus enseñanzas y acciones, promoviendo valores morales éticos. Sin embargo, la Iglesia puede verse tentada a involucrarse demasiado en la política partidista, perdiendo su enfoque espiritual y su capacidad de testificar a todos los sectores de la sociedad.

La Iglesia, al promover los valores del Reino de Dios, puede verse enfrentada a situaciones en las que las leyes o políticas del Estado son injustas o contrarias a la voluntad de Dios. Los cristianos deben buscar un equilibrio entre la obediencia a las autoridades y la fidelidad a los principios bíblicos, buscando ser luz y sal en el mundo, influyendo positivamente en la sociedad.

En conclusión: La relación entre la Iglesia y la política es un desafío continuo. La Iglesia debe ser fiel a su llamado a proclamar el evangelio y a vivir según los principios bíblicos, al mismo tiempo que busca ser una influencia positiva en la sociedad, sin perder su identidad ni su enfoque en el Reino de Dios. La autoridad absoluta e indiscutible en la Iglesia, la familia de Dios, pertenece al Padre, quien es a la vez Creador, Redentor, Señor y Juez.

En la carta del apóstol Pablo a Tito 3:4-7: “Sin embargo, cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, Él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.

Jesús, alejado de la influencia política de su época, no buscó alianzas con el Estado, reconoció y dijo contundentemente, “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. También dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra; vosotros sois la luz del mundo”. Todo cristiano tiene derechos y uno de ellos es ejercer el sufragio, sin pretender influir en el ánimo de los fieles hacia determinada organización política.

TRA Digital

GRATIS
VER