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La meditación es una herramienta eficaz para controlar el estrés. Piensa un momento en un lago durante una tormenta intensa. Las olas golpean con fuerza, el viento aúlla y todo parece descontrolado.
Nos anima a parar, a escuchar lo que nos dicen cuerpo y mente, a conectar con el ahora y a sentir la espiritualidad en lo diario.
La felicidad, tan anhelada desde siempre, no se encuentra en el exterior ni en la prisa por tener más, sino en la calma consciente, en la respiración que une nuestro interior con el universo.
Meditar es aprender a existir, a estar presentes con cariño y atención, a cambiar el estrés y la ansiedad por paz y tranquilidad.
