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Y es que William Charpentier, coordinador de la Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados (Menamird), consideró la decisión como “una verdadera tragedia para una parte importante de la población haitiana”, sobre todo en el contexto actual de crisis humanitaria, inseguridad y colapso institucional en Haití.
“Reconocemos el derecho del gobierno estadounidense de fijar su política migratoria, pero esta medida es inhumana y en cierto punto cruel. Son precisamente los más pobres quienes se verán más perjudicados: personas que huyen de la violencia, del hambre, de la inseguridad”, manifestó Charpentier.
Mientras que el excónsul de Haití en República Dominicana, Edwin Paraison, consideró que para esta evaluación no se tomó en cuenta que durante la pandemia del Covid-19 y los cierres de aeropuertos en Haití por la violencia, muchos haitianos se vieron obligados a quedarse en el país norteamericano.
Esto partiendo de que una de las razones del Gobierno estadounidense para esta decisión es la alta tasa de permanencia en Estados Unidos, más allá del tiempo concedido, según el Departamento de Seguridad Nacional.
En tanto que, Charpentier lamentó que Estados Unidos haya tomado esa decisión, que pone a Haití en una situación más vulnerable, tras considerar que la medida en lugar de afectar a los ciudadanos comunes que, en algunos casos, buscan refugio, debió enfocarse en las bandas.
“El enfoque debería estar en los verdaderos responsables del deterioro en Haití: las bandas criminales, los empresarios que las financian y los políticos corruptos”, enfatizó.
En ese sentido, Paraison recordó que la administración Trump designó a dos bandas armadas haitianas como organizaciones terroristas, destacando la gravedad de sus acciones contra la población civil haitiana y los intereses estadounidenses.
“Si bien EE.UU. tiene el derecho soberano de implementar medidas migratorias para proteger su seguridad nacional, es crucial que estas acciones no contradigan sus posturas políticas con respecto a la situación en Haití”, recalcó el exdiplomático haitiano.
Explicó que la inclusión de Haití en esta lista implica que, a partir del lunes 9 de junio, ningún ciudadano haitiano podrá obtener una nueva visa para entrar a Estados Unidos. No obstante, aquellos haitianos que ya poseen visas válidas podrán viajar, aunque pueden pasar por controles migratorios más rigurosos.
La administración estadounidense ha indicado que la lista de países afectados puede modificarse según la evolución de las circunstancias y evaluaciones de seguridad.
Según informó Paraison, hasta ahora el consulado americano se ha mantenido operando parcialmente, pero envía a los solicitantes a República Dominicana, Las Bahamas y Barbados.
Tanto Paraison como Charpentier coincidieron, por separado, que la comunidad haitiana en EE.UU. ha demostrado ser trabajadora y contribuyente al desarrollo del país, además de que no figura entre las principales comunidades extranjeras con altos índices de criminalidad o encarcelamiento en EE.UU.
Según la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS, por sus siglas en inglés) a gran escala realizada en julio de 2022, había 727,000 inmigrantes haitianos.
Mientras que la Encuesta de Población Actual (CPS) más reciente de la Oficina del Censo, realizada en febrero de 2024, señaló que había 689,000 personas nacidas en Estados Unidos con al menos uno de sus padres nacido en Haití, lo que suma un total de 1,5 millones de personas en Estados Unidos con nacimiento o ascendencia haitiana.
Los principales estados de asentamiento de inmigrantes haitianos, según la ACS de 2022, incluyen Florida, Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey.
El líder de Menamird también advirtió que esta decisión podría aumentar la presión migratoria sobre República Dominicana, al convertirse en una alternativa inmediata para quienes buscan huir del caos.
Precisó que quien no pueda entrar a Estados Unidos buscará otra salida, por lo que algunos verán a República Dominicana como esa ruta de escape.
Paraison indicó que desde septiembre de 2022, los consulados dominicanos en Haití han estado cerrados debido a preocupaciones de seguridad. Inicialmente, esto impidió que los haitianos viajaran legalmente a la República Dominicana.
Sin embargo, con el tiempo, se ha flexibilizado la medida, permitiendo la entrada de haitianos que poseen visas de EE.UU., Canadá, Schengen o del Reino Unido, reconociendo la importancia de la República Dominicana como punto de tránsito para haitianos que viajan a otros destinos.
“Es esencial que las medidas migratorias adoptadas por EE.UU. sean equilibradas y consideren las realidades complejas que enfrentan los haitianos. Esperamos que, con el tiempo, y a medida que la situación evolucione, Haití pueda ser removido de esta lista roja, permitiendo una política migratoria más justa y comprensiva”, finalizó.
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