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No trabajan ni estudian. Jóvenes que están en aparente incertidumbre.
La cantidad de jóvenes que no tienen empleo y que no estudian o se forman es motivo de preocupación para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a pesar de la baja de la tasa de desempleo en la economía global. Así lo afirma el informe Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024, también conocido como “GET forYouth”.
En el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas, casi uno de cada 4 jóvenes no cursaba estudios ni trabajaba ni recibía formación en 2022. Esto son alrededor de 289 millones de jóvenes, de acuerdo con la organización internacional mencionada.
Con el fin de combatir esta cifra, el octavo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) contempla la meta de “reducir considerablemente la proporción de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación”. La misma estaba estipulada a cumplirse antes de 2020.
Sin embargo, los jóvenes de entre 15 y 24 años siguen sufriendo graves dificultades para conseguir un empleo digno, y la tasa mundial de desempleo juvenil en 2022 fue muy superior a la de los adultos mayores de 25 años. ¿En qué situación se encuentra República Dominicana?
A este grupo poblacional se le conoce como “ninis”, definidos por la OIT “como la población joven que no se encuentra ocupada ni estudia y no recibe ningún tipo de capacitación o formación”. Un fenómeno social en ascenso en el país, según una publicación del Observatorio de Políticas Sociales.
El documento mencionado detalla entre sus características haber nacido entre 1982 y 1992, es decir, que pertenecen a la Generación Y o Millennial, un decenio destacado por un notable crecimiento económico y el comienzo de la revolución tecnológica; además, esta generación también protagonizó el incremento de la conciencia social y el origen de nuevos tipos de núcleos familiares.
Entre 2019 y 2022, los jóvenes en edad de 15 a 24 años que ni estudian ni trabajan en el país estuvieron entre 285,474 y 361,814, según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), a partir de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) 2016-2022.
La cifra más reciente fue de 309,611, la cual corresponde a 2022. De esos, 111,909 eran hombres y 197,702 eran mujeres.
Por otro lado, el Banco Mundial, a partir de la base de datos Estadísticas de la Fuerza de Trabajo manejada por la OIT, posiciona la tasa de ninis en República Dominicana en 25.8% en 2024.
Mientras que la proporción se ubicaba en 2023 en 13.2, según el portal web para el seguimiento del cumplimiento de los ODS en el país.
De acuerdo a la publicación “¿En qué situación están los migrantes en América Latina y el Caribe?”, realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en julio de 2023, en República Dominicana la probabilidad de que los extranjeros sean nini supera a la de los nativos por 12 p. p., una de las diferencias más marcadas entre los países de la región.
En las otras naciones analizadas los porcentajes son menores. La proporción de jóvenes extranjeros de 15 a 24 años que son nini es del 24 %, versus 19% en la OCDE, frente a una proporción cerca del 20 % y 12%, respectivamente, en el caso de los jóvenes nativos.
En todos los países de América Latina y el Caribe analizados en este informe del BID, las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años, tanto nativas como extranjeras, tienen más probabilidades que los varones jóvenes de ser nini.
Pero esto no es inusual. Este mismo patrón, agrega el documento, se observa en los países de la OCDE entre los inmigrantes, aunque las tasas de los nini son similares para ambos sexos entre los nativos.
En cambio, las proporciones más altas de nini entre las mujeres jóvenes son las que se observan en Colombia, la República Dominicana y Perú, donde alrededor del 30 % de las mujeres extranjeras jóvenes y más del 50 % de las jóvenes nativas se clasifican como nini, con brechas de más de 20 p. p. a favor de las extranjeras.
En el caso de los varones jóvenes, las diferencias son bastante reducidas, es decir, también es más probable que los jóvenes extranjeros sean nini comparados con sus pares nativos, pero en menor proporción que el género femenino.
Esta disparidad se explica por la marcada brecha de género en las tasas de empleo y de participación en el mercado laboral de las mujeres. Pero las tareas domésticas y de cuidado, el matrimonio a muy temprana edad y los embarazos precoces o no planificados, también son factores que influyen.
Se trata de un fenómeno que sin duda está vinculado a problemas sociales como la pobreza, la desigualdad, la exclusión social y a bajos niveles de educación, ya que los jóvenes que conforman este grupo demográfico se enfrentan a limitaciones económicas y sociales que en ocasiones les impiden culminar sus estudios o conseguir un empleo, siendo esto más marcado en las zonas rurales del país.
No obstante, una publicación realizada en la Revista Científica Paideia XXI, de la universidad peruana Ricardo Palma, también atribuye esto a familias que muchas veces motivan a los jóvenes para que no abandonen la seguridad del hogar aduciendo que se vive en un mundo hostil.
El Boletín del Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo (OPSD) de marzo de 2024 destaca el sistema educativo deficiente y la economía informal que prevalece en el país como principales causas.
La ausencia de las habilidades y los conocimientos necesarios para ingresar al mercado laboral o, en su defecto, la cantidad de jóvenes trabajando en empleos informales, percibiendo bajos salarios, inadecuadas condiciones laborales y la falta de una oferta de trabajo estable que incluya perspectivas de carrera o de superación, también son realidades que tienden a desanimar a los jóvenes a prepararse y buscar empleo.
“Ser parte de esta población nini puede generar resultados negativos que incluyen aislamiento social, depresión y abuso de sustancias”, agrega el informe del OPSD.
También puede limitar sus oportunidades de crecimiento personal y profesional, dificultándoles la participación plena dentro de sus comunidades o alcanzar su máximo potencial como entes sociales productivos. Los frutos: aumento de la pobreza, delincuencia y malestar social general. Desestabilizando económica y socialmente el país.
A su llegada, el gobierno del presidente Luis Abinader puso en marcha el programa Oportunidad 14-24, una iniciativa que busca incluir socioeconómicamente a los adolescentes y jóvenes de 14 a 24 años desvinculados del sistema educativo y del mercado laboral formal.
En la más reciente rendición de cuentas, el primer mandatario manifestó que, desde su implementación, el programa ha logrado impactar a más de 44,000 jóvenes, de los cuales 14,000 se graduaron en diversas áreas técnico-profesionales, incluyendo informática, peluquería, contabilidad y gastronomía, entre otras.
El jefe de Estado agregó en su alocución del pasado 27 de febrero que se han establecido 144 centros de enseñanza en las 31 provincias y el Distrito Nacional, “garantizando una cobertura nacional efectiva”.
Asimismo, a través del Ministerio de Trabajo, se organizan jornadas de promoción de empleo y ferias de trabajo, así como también orientación profesional y un programa de empleabilidad juvenil para el primer empleo.
De forma virtual la Bolsa Electrónica de Empleo a través del portal web Empléate Ya, la misma consiste en una plataforma de intermediación para quienes buscan trabajo, tanto en el sector privado como en el público, que identifica las necesidades del mercado laboral y coordina la capacitación de los trabajadores con dichas necesidades para el corto, mediano y largo plazo.
La entidad rectora en materia laboral también ofrece a través de las Oficinas Territoriales de Empleo (OTE) servicios de orientación y capacitación, además de la oportunidad de conectar a las personas con oportunidades de trabajo, entre otras iniciativas.
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