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Las modificaciones en las políticas migratorias de Trump, dirigidas a ciudades con gobiernos demócratas, provocan incertidumbre

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Para José Abel García, un inmigrante guatemalteco en el área de Los Ángeles, la promesa más reciente del presidente estadounidense Donald Trump de ampliar las deportaciones en ciudades gobernadas por demócratas no supone mucha diferencia.

El trabajador textil de 38 años comentó que el hecho de que Trump esté reforzando sus medidas en los bastiones demócratas mientras pausa los arrestos de inmigrantes en restaurantes, hoteles y granjas no exime a los trabajadores que simplemente intentan pagar el alquiler.

“Él solo habla”, afirmó García. “Las redadas siguen ocurriendo y va a ser difícil que él cumpla con eso porque no está actuando solo”.

En los últimos días, Trump ha prometido desviar las redadas migratorias de sitios gobernados por sus aliados políticos y dirigirlas hacia sus adversarios políticos, priorizando las deportaciones en Chicago, Los Ángeles, Nueva York y ciudades en “el núcleo del centro de poder demócrata”. Al mismo tiempo, ha modificado un poco su estrategia y pausado los arrestos en industrias que dependen en gran medida de una fuerza laboral nacida en el extranjero.

García y otros inmigrantes dicen que, de cualquier manera, los temores siguen siendo altos en sus comunidades, mientras que expertos señalan que el repliegue del gobierno de Trump en efectuar redadas migratorias en sitios de trabajo es una lección que otros gobiernos aprendieron hace mucho tiempo. Mientras tanto, los demócratas y activistas insisten en que las acciones de Trump son calculadas y algo que ellos usarán como bandera de lucha.

El gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha estado enfrascado en una disputa creciente con el gobierno de Trump, dijo que la motivación detrás del enfoque en las ciudades gobernadas por demócratas es clara.

“Incitar a la violencia y el caos en los estados azules (demócratas), tener una excusa para militarizar nuestras ciudades, satanizar a sus oponentes, seguir violando la ley y consolidar el poder”, publicó Newsom el lunes en la red social X. “Es ilegal y no lo permitiremos”.

Trump nuevamente se centró en Nueva York y Chicago el lunes mientras se refería a las manifestaciones en Los Ángeles contra las políticas de su gobierno, y agregó que muchas de “esas personas no eran de Los Ángeles, eran de California”.

“Quiero enfocarme en las ciudades”, declaró en la cumbre del Grupo de los Siete en Canadá.

El gobierno de Trump ha dicho que los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) aspirarían a efectuar al menos 3.000 arrestos diarios, en comparación con aproximadamente 650 al día durante los primeros meses del segundo mandato de Trump. El presidente y sus aliados ya han enfocado sus fuerzas contra las llamadas “jurisdicciones santuario” con arrestos transmitidos en vivo, demandas y convocando a alcaldes y gobernadores a testificar en el Capitolio.

“Está claro que Trump está intensificando estos ataques a las ciudades (gobernadas por) demócratas porque se siente amenazado por las movilizaciones masivas”, expresó el representante federal demócrata Jesus “Chuy” Garcia. “Yo preveo que los demócratas responderán con más fuerza”.

En el área de Los Ángeles, un grupo de activistas mantuvo los patrullajes comunitarios para estar pendientes de los arrestos efectuados por el ICE y advertir a los vecinos.

El organizador Francisco “Chavo” Romero indicó que también están patrullando estaciones de trenes suburbanos y otros centros de transporte público.

“Ellos redoblan los esfuerzos, nosotros los triplicamos”, expresó.

El dejar de efectuar redadas migratorias en lugares de trabajo es algo nuevo para Trump, pero no en la historia reciente.

Ir tras los empleadores que incumplen las leyes de inmigración ha sido un tema controvertido, particularmente en industrias que dependen de mano de obra inmigrante. Por ejemplo, se cree que casi la mitad de los trabajadores en instalaciones de procesamiento de carne nacieron en el extranjero.

De acuerdo con una ley de inmigración de 1996, el gobierno del presidente Bill Clinton investigó las prácticas de contratación para extraer a los empleados que carecían de autorización de trabajo en Estados Unidos y castigar a los empleadores. Pero no duró mucho. Las investigaciones tomaban meses. Los trabajadores tenían miedo de ir a trabajar. Algunos agricultores se quejaron de que sus cultivos se estaban deteriorando. Funcionarios electos comenzaron a intervenir.

“Prácticamente se detuvo”, apuntó Doris Meissner, excomisionada del Servicio de Inmigración y Naturalización — que fue el predecesor del ICE — y ahora investigadora en el Migration Policy Institute, un centro de investigación apartidista

Meissner hizo notar que otros gobiernos han lidiado con el mismo problema.

“Ese siempre es el dilema: ¿Cómo hacer que el empleador rinda cuentas?”, señaló. “Puedes ir y detener a los trabajadores, y en dos semanas habrá más trabajadores contratados”.

Este mes, las autoridades de inmigración allanaron una planta de producción de carne en Omaha, lo que hizo enfurecer a los funcionarios de la empresa, quienes dijeron que acataban la ley. En el primer gobierno de Trump se llevó a cabo la mayor redada en lugares de trabajo en una década, con arrestos en siete plantas avícolas de Mississippi.

Ante ello, resultó sorpresivo su cambio de estrategia para pausar tales operaciones. Escribió en su red Truth Social que los arrestos estaban “llevándose a trabajadores muy buenos y de mucho tiempo” y que era difícil reemplazarlos.

No está claro cómo se desarrollará la pausa. Un mensaje que se dejó el lunes en el Departamento de Seguridad Nacional no fue respondido.

Aún así, el enfoque de Trump confundió a muchos.

“Por un lado, él se mantendrá alejado de ciertas industrias y al mismo tiempo redoblará (su iniciativa) en Chicago”, observó Lawrence Benito, jefe de la Illinois Coalition for Immigrant and Refugee Rights, un organismo activista en pro de los inmigrantes. “No estoy seguro de cómo conciliar esos dos comentarios”.

Dijo que el grupo continuaría ayudando a los inmigrantes a comprender sus derechos en caso de arrestos efectuados por el ICE.

La representante federal demócrata Delia Ramírez acusó a Trump de intentar silenciar a la disidencia.

En una extensa publicación en su sitio Truth Social sobre la represión en las ciudades gobernadas por demócratas, Trump dijo, sin presentar evidencia, que los demócratas estaban usando inmigrantes que viven en el país sin estatus legal para robar elecciones.

Para otros, las políticas más recientes son simplemente una cosa más de qué preocuparse.

Jorge Lima, de 32 años, indicó que sus padres inmigrantes de México solo salen de casa para ir a sus trabajos en la industria textil en California.

“Ya no salen”, señaló. “Tienen miedo, pero tienen que comer”.

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