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Con altibajos, los clubes deportivos han realizado por muchas décadas en todo el país, una labor loable y plausible, a favor de miles de niños y jóvenes, especialmente, en sectores populares.
Hay que reconocer el trabajo de directivos que han entregado todos sus esfuerzos y sacrificios en la formación de esas entidades establecidas en todos los puntos más vulnerables de la sociedad.
Si bien es cierto que algunos, tal vez muchos directivos, han desvirtuado el objetivo que les dio su origen, la mayoría se ha mantenido inmaculada, íntegros, en una avalancha de males que siempre ha buscado arrastrarlos, y con ellos, a toda la comunidad que reúne a miles de afiliados.
Reconocimiento a clubes como Mauricio Báez, San Carlos, Villa Francisca, Villa Duarte, Cristo Rey, Honduras y San Lázaro, entre muchos otros.
Precisamente, en este último, San Lázaro, ha significado durante décadas, un faro de luz para esa barriada, aunque como todo en el país, también ha sufrido en algunas etapas, el abandono hasta de sus miembros más encumbrados.
Felicitaciones para todos los lazareños, que la semana pasada, celebraron por todo lo alto, su 62 aniversario, con un merecido homenaje al presidente de la Federación de Baloncesto, Rafael Uribe, y a otros miembros y colaboradores.
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, comenzó con una explosión publicitaria nunca antes vista en Argentina, pero terminó sin pena ni gloria, después que el jurado lo anuló, sin determinar las responsabilidades que supuestamente tuvieron siete profesionales de la salud, acusados de provocar la muerte del atleta más ‘popular en la historia de ese país.
La calidad del dominicano Jean Montro se hace cada vez más llamativa entre los aficionados del baloncesto español.
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