Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Nueva York, Estados Unidos.- En estado de alerta máxima, Mark Zuckerberg y Meta están invirtiendo miles de millones para reforzar su equipo de inteligencia artificial (IA) y volver a la contienda, una estrategia que genera escepticismo.
A mediados de junio, el imperio estadounidense de las redes sociales no dudó en gastar más de 14,000 millones de dólares para adquirir una participación del 49% en Scale AI, especializada en el tratamiento de datos utilizados para desarrollar modelos de IA.
Según varios medios estadounidenses, el grupo con sede en Menlo Park (California) se había puesto en contacto previamente con el cofundador de OpenAI, Ilya Sutskever, así como con Perplexity AI, autoproclamado rival de Google, y con Runway, la joya de la IA en video.
El jefe de Open AI, Sam Altman, dijo que Meta ofreció una prima de contratación individual de más de 100 millones de dólares a “muchos” empleados de OpenAI y una cantidad similar en salario anual.
Cuatro de ellos acabaron cediendo, al igual que el director de Scale AI, Alexandr Wang.
Fue el propio director general, Mark Zuckerberg, según varios medios, quien inició la iniciativa, preocupado de que Meta se está quedando atrás en IA generativa, a pesar de haber invertido decenas de miles de millones.
Su último gran modelo de IA, Llama 4, lanzado a principios de abril, fue una decepción.
Se sitúa por detrás de todos los pesos pesados estadounidenses, chinos y franceses, en los rankings elaborados por la plataforma de evaluación independiente LMArena sobre escritura de código, e incluso detrás de su predecesor Llama 3 por la interfaz de texto.
Meta quiere incorporar a sus nuevos contratados en un nuevo equipo dedicado al desarrollo de la “superinteligencia”, es decir, una IA superior a las capacidades humanas de comprensión y pensamiento.
“Creo que conseguirá atraer a verdaderos talentos, y no tenía muchas opciones”, explica a la AFP el bloguero Zvi Mowshowitz. “Pero este aspecto mercenario es muy problemático, por no mencionar el hecho de que nadie quiere trabajar” para Meta y sus productos si no es por un salario muy alto.
“En consecuencia, no espero que funcione”, afirma.
En Wall Street, aunque la cotización se acerca a su máximo histórico y la capitalización bursátil roza los 2 billones de dólares, algunos empiezan a dudar.
“A los inversores institucionales les preocupa sobre todo la liquidez (flujo de caja)” de la empresa “y la buena gestión del capital”, señala Ted Mortonson, analista de Baird. “Y, por el momento, no hay contrapeso” a Zuckerberg.
“Los que tienen acciones las guardan para la publicidad de IA, en la que Meta está extremadamente bien posicionada”, dice. “Pero también les preocupa que este gasto se descontrole”.
En una entrevista para el pódcast Stratechery, Zuckerberg explicó que su grupo planea sustituir por completo a las agencias de marketing y publicidad gracias a la IA, para pronto ofrecer una solución llave en mano directamente a los anunciantes y crear así una nueva fuente de ingresos.
“Esto no cambia el potencial de rentabilidad a corto plazo”, dice el analista de CFRA Angelo Zino, que también confía en el largo plazo, “porque creará más oportunidades, más formas de monetizar la IA, ya sea a través de la publicidad, los dispositivos conectados (gafas y auriculares) o incluso Llama”.
Sin embargo, según The New York Times, Zuckerberg se está planteando dejar de lado a Llama como buque insignia de Meta en materia de IA, aunque ello implique utilizar modelos de la competencia.
Mehmet Canayaz, profesor de la Penn State University, señala que la IA generativa está entrando actualmente en una nueva fase, la de los agentes digitales, modelos más pequeños capaces de realizar multitud de tareas de forma autónoma.
“Esto significa que Meta puede prosperar incluso sin los modelos más avanzados”, dice, “si los suyos satisfacen las necesidades de un mercado específico”, como la publicidad.
En cuanto a la “superinteligencia”, o IA general, esta última iguala a los humanos y la primera los supera, “aún tendremos que esperar al menos de tres a cinco años”, predice Zino.
“Pero hay que reclutar a estas personas e invertir a lo grande para estar preparados cuando pasemos a esta fase”.
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