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Una persona vota en elecciones judiciales este domingo en San Juan Chamula, México. EFE/ Carlos López.
Ciudad de México.- Este domingo, miles de mexicanos acudieron a las urnas para participar en la primera elección popular de jueces y magistrados del Poder Judicial. La jornada se caracterizó tanto por el entusiasmo del ejercicio democrático como por la confusión debido a la complejidad del proceso y algunas protestas que la acusaban de intentar politizar la Justicia.
Desde la apertura de las casi 84.000 casillas (centros de votación) en todo el país, los ciudadanos acudieron a emitir su voto para renovar la Suprema Corte de Justicia, diversas magistraturas y juzgados a nivel federal y local. En total, 2.681 puestos estaban en disputa, de los cuales 881 son de carácter federal.
En una casilla especial ubicada en la alcaldía Benito Juárez, en la capital mexicana, -una de las 245 instaladas a nivel nacional para quienes se encuentran fuera de su sección electoral- el ambiente reflejaba responsabilidad ciudadana y esperanza de cambio en la justicia.
María Paz González, del estado de Michoacán (occidente), celebró la renovación del Poder Judicial para erradicar la corrupción, y resaltó que así como los ciudadanos acuden con entusiasmo a recibir apoyos del Gobierno, también tienen el deber de acudir a votar.
Su hija, Xóchitl Sofía Pérez, añadió que, aunque notó menor afluencia en comparación con la elección presidencial de 2024, cuando rápidamente se agotaron los turnos disponibles, le sorprendió la cantidad de votantes haciendo fila.
“Tenemos los ciudadanos derechos y obligaciones también, entonces hay que ejercer nuestras obligaciones porque no nada más es pedir”, comentó.
Por su parte, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien votó a primera hora de la mañana en el centro de la capital, celebró la jornada con un grito de “viva la democracia” tras depositar sus papeletas.
En contraste, en el centro de la Ciudad de México, un grupo de ciudadanos convocados por la oposición marcharon desde el Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución para expresar su inconformidad con estos comicios sin precedentes, que consideran una “farsa”.
Mientras sostenía un cartel con la leyenda “No voto. Sí marcho y defiendo nuestro México libre y soberano”, Julieta Elizondo, de 80 años, comentó a EFE que siempre ha votado, pero esta vez prefirió salir a protestar con el objetivo de no legitimar esta elección.
“Me da mucho gusto participar en esta marcha. Es lo único que puedo hacer en contra de toda esta locura, absurdo y fraude”, opinó Elizondo, entre las consignas de los cientos de manifestantes que paralizaron por unas horas las principales avenidas del centro de la capital.
Asimismo, Adrián García, de 67 años, agregó que aunque “probablemente no se logre mucho” con la manifestación, al menos “debe de haber un precedente” para que el Gobierno vea que no tiene “todo a su favor”.
Además del entusiasmo, muchos ciudadanos que acudieron a las urnas también enfrentaron confusión. Juan Rodríguez, de 64 años, emitió su voto pese a padecer debilidad visual, y señaló que eligió a los candidatos de los que se iba acordando por haber aparecido en los medios.
“Son los que había ido escuchando en la televisión”, dijo. También Remedios Torres, de 30 años, señaló que acudió a votar “por responsabilidad”, a pesar de considerar que era una “pérdida de tiempo” y criticar la compleja votación, ya que había “demasiados nombres” en las boletas.
El proceso ha sido cuestionado por sectores académicos, organismos internacionales y asociaciones judiciales debido a la complejidad y falta de información entre los votantes, así como el riesgo de infiltración del crimen organizado en el Poder Judicial.
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