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El rechazo al autoritarismo y los llamados a defender la democracia resonaron durante la protesta pacífica, que contó con observadores de organizaciones humanitarias para asegurar el respeto a los derechos.
A pesar de que Trump está en Washington, los asistentes consideraron de especial relevancia acercarse a su residencia, y aunque la mayoría prefirió no revelar su nombre por temor, todos estuvieron de acuerdo en la necesidad de hacerse presentes.
Las manifestaciones coincidieron con el desfile militar por los 250 años del Ejército, programado para hoy en Washington, en el día del cumpleaños número 79 de Trump.
Con consignas a favor de los inmigrantes, la comunidad LGTBI, los derechos reproductivos, Ucrania, Palestina, y en contra del autoritarismo, personas de diversas razas, estatus socioeconómicos e intereses desafiaron temperaturas cercanas a los 38 grados centígrados para corear lemas como “sin justicia, no hay paz”, “no queremos reyes”, “nos gustan los inmigrantes y más”.
“Estamos aquí porque creemos que hay que defender la democracia, la igualdad para todos y los ideales estadounidenses”, declaró a EFE Martin Bedel, representante del Movimiento 50501, organizador de la protesta a nivel nacional.
Tras manifestarse “satisfecho” con la cantidad de personas que acudieron al llamado en la ciudad, una de las más adineradas del país, con un ingreso per cápita que supera los 200.000 dólares anuales, Bedel destacó la importancia de encuentros como este: “Si no nos unimos para expresar nuestro descontento con lo que está sucediendo, ¿qué será del país?”, afirmó.
“El hecho de que estemos en el Mes del Orgullo y que estemos diciendo que no queremos reyes demuestra que lo que todos estamos pidiendo son derechos equitativos, para nosotros y nuestros hijos”, señaló una mujer que se había acercado con sus hijos y esposa a las inmediaciones de la casa de Trump.
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Si bien la mayoría eran adultos, también hubo niños e incluso perros.
La organización Unión de Libertades Civiles Americanas (ACLU) envió diez observadores para “verificar que se respeten los derechos de los manifestantes”, explicó a EFE el líder del grupo, Darell Gómez.
El activista, de padres dominicanos, reconoció que la concentración habría sido mayor “si no hubiese tanto miedo en nuestra comunidad”, en referencia a las crecientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
“Yo estoy aquí por mis papás”, dijo una joven de padres mexicanos, quien prefirió no revelar su nombre. Ashlee, empleada de un centro de diálisis cerca de Miami, aseguró que decidió conducir una hora y trasladarse a Palm Beach “por mis pacientes. Muchos son latinos y tienen mucho miedo. Ellos no pueden venir. Yo vine por ellos”.
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Mientras tanto, Mariana, con padres de Venezuela y Perú, ondeaba dos banderas: una a favor de los inmigrantes y otra representando a la comunidad LGTBI. “Estoy cansada de esta guerra contra nuestros padres y contra nuestros hermanos de la comunidad trans. Nos quieren hacer invisibles. No lo podemos permitir”.
Algunos de los participantes en la protesta intentaron provocar a los agentes gritando “vergüenza” y “queremos pasar”, pero la situación se mantuvo controlada. Incluso, la presencia de una camioneta con cuatro hombres rubios, con banderas a favor de Trump y con la frase “¡Vamos ICE!” escrita en las ventanas, fue ignorada. La manifestación de Palm Beach es una de las 75 protestas ‘No Kings’ en Florida, incluyendo Miami y la capital del estado, Tallahassee.
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