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Misión imposible – El Heraldo de México

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El secretario Ebrard contraargumentó que Reino Unido es una excepción y preguntó:

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Washington – “No ceden en hacer excepciones”, así describió un alto funcionario mexicano las negociaciones con el gobierno de Donald Trump, respecto a los aranceles al acero y aluminio.

El viernes pasado, Marcelo Ebrard, Secretario de Economía de México, estuvo en Washington intentando suavizar la imposición arancelaria del 50% al acero y aluminio en reuniones con Howard Lutnick, Secretario de Comercio, y Jamieson Greer, representante especial de comercio de la Casa Blanca.

“Las pláticas fueron buenas y cordiales”, indicó el funcionario mexicano presente en las sesiones de Ebrard con los representantes del gobierno de Trump.

“México presentó buenos resultados en migración y seguridad, medidos en aseguramientos de fentanilo. El problema con el arancel al acero es que no quieren hacer excepciones. El secretario Ebrard contraargumentó que Reino Unido es una excepción y preguntó:

¿Por qué México no? Pero no hubo avances en el tema del acero”, añade el funcionario.

La misión de Ebrard del pasado 6 de junio se veía complicada, ocurrió dos días después de que Trump duplicara del 25 al 50% el impuesto de importación al acero y aluminio, con la excepción de Inglaterra.

La Casa Blanca ignoró el informe de avances del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum en el combate al narcotráfico, confiscación de drogas sintéticas elaboradas con fentanilo, lavado de dinero y desmantelamiento de narcolaboratorios. Los aranceles van.

El funcionario mexicano presente en las negociaciones del viernes pasado agrega que aunque no hay cambios en las tarifas al acero y aluminio, sí hubo avances en el tema de las exportaciones de tomate mexicano, y adelantó que pronto se anunciará un cambio positivo.

“Algo se destrabará en los próximos días. La del acero es la batalla más larga y complicada”, resalta el representante del gobierno de la presidenta Sheinbaum.

Hay un énfasis en el acero mexicano por una razón de fondo. México es el tercer exportador del metal a Estados Unidos, no es el caso del aluminio.

Las exportaciones de aluminio al mercado estadounidense son del 10%, México no produce aluminio, excepto el que se recicla en el país.

Canadá, el otro pilar del tratado de libre comercio norteamericano (T-MEC), es el principal exportador regional de aluminio a Estados Unidos, y esta situación complica a México la posibilidad de que Trump haga una excepción al impuesto al acero, como lo ha hecho con Inglaterra.

La apuesta en este momento, tanto de Canadá como de México, se centra en el gran choque de potencias económicas que inicia en Londres este lunes 9 de junio. Lutnick y Greer se sentarán a negociar con el gobierno de China, en un intento complicado por detener la guerra comercial que Trump declaró al gigante asiático con las tarifas de los aranceles.

Políticamente, el presidente de Estados Unidos está más necesitado de reducir la disputa que Xi Jinping, el presidente de China.

Las exportaciones chinas de acero, aluminio y otros productos a Estados Unidos, en volumen, son enormes y tienen el potencial de llevarlo al borde de la recesión. De ahí la urgencia de Trump de concretar un acuerdo con Xi lo antes posible.

El presidente de Estados Unidos afectó a las exportaciones mexicanas bajo el argumento de que necesitaba que Palacio Nacional hiciera más en el combate al narcotráfico, sellando las fronteras sur y norte, para contener al mismo tiempo el flujo migratorio.

El gobierno de Sheinbaum se esfuerza en ello y, aunque a Washington le presenta informes con cifras positivas al respecto, la Casa Blanca responde con desdén. El mismo día que Trump firmó el decreto con el que duplicó el arancel al acero y aluminio, Karoline Leavitt, la vocera de la Casa Blanca, restó importancia a la labor del gobierno de Sheinbaum.

“Tenemos una mayor seguridad fronteriza, el flujo de inmigrantes indocumentados ha disminuido significativamente, y también el tráfico de drogas y fentanilo, gracias a la estrategia del presidente Trump con el despliegue militar en la frontera sur”, dijo Leavitt.

La actitud inflexible de Trump no cambió, a pesar del informe con estadísticas favorables en la guerra contra el narcotráfico que Ebrard llevó a Washington. La Casa Blanca es cambiante.

POR J. JESÚS ESQUIVEL

COLABORADOR

@JJESUSESQUIVEL

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