Tecnologia

Monegro: “La desinformación perjudica la competencia económica.”

8744340593.png

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

En su presentación, titulada “Innovación en los medios en un entorno competitivo”, el director del periódico El Día, explicó que la difusión de información falsa perjudica no solo a la competencia directa, sino que también debilita la cohesión social y distorsiona el funcionamiento de los mercados.

Lea también: La desinformación es amenaza para la libertad de expresión

Monegro citó al Foro Económico Mundial, que en su informe de 2024 catalogó la desinformación como el mayor desafío global, debido a su impacto transversal en todos los sectores sociales, incluyendo el económico.

“Cuando se propaga información falsa sobre productos, servicios o empresas se crea una ventaja competitiva artificial basada en el engaño. Esto puede desincentivar la inversión, frenar la innovación y erosionar el valor de marca construido sobre la calidad y la transparencia”, afirmó.

El periodista destacó que la facilidad con la que se propaga la desinformación influye directamente en las decisiones de consumo, ya que las personas pueden contratar servicios o adquirir productos basándose en percepciones manipuladas.

Esto provoca que los esfuerzos por competir basándose en el mérito se vean frustrados, por lo que en ese contexto la verdad debe prevalecer.

Monegro manifestó que cuando ese terreno está contaminado por la mentira, la competencia se convierte en farsa, citando que lo más grave es cuando esa práctica se normaliza, obligando a los mercados a defenderse y destinar recursos para ello, en lugar de que se pudieran utilizar para la mejora de bienes y servicios.

Al abordar los desafíos del periodismo en la era digital, Monegro subrayó la importancia del uso ético y responsable de la tecnología en los medios.

En ese sentido, señaló que “ahora no hablamos de lectores, ni de radioescuchas, ni de televidentes, hablamos de audiencias”. Estas últimas, detalló, se mueven entre las plataformas y consumen de manera fragmentada, por lo que la empatía es clave.

“Entender qué interesa, qué preocupa y qué necesita nuestra audiencia. Eso nos permite no solamente creer, sino también ser útiles. El olfato periodístico sigue siendo una virtud de todos los periodistas, pero al que hace periodismo solamente con el olfato, le va a ir mal porque ya tenemos olfato y métrica”, puntualizó Monegro.

En este punto aclaró que no solo se crea el contenido que busca la audiencia, sino también proponer temas que se consideren puedan interesar a la población y luego medir su impacto.

Comentó cómo la tecnología va cambiando, pues cuando ya se estaba empezando a entender cómo utilizar las redes sociales, llegó la inteligencia artificial, por lo que la adaptación tecnológica, la ética y la capacidad narrativa en los medios es esencial.

Sin embargo, sostuvo que no solo hay que gestionar los medios desde el punto de vista de métricas y SEO (optimización para motores de búsqueda), sino que hay que volver a lo esencial, que es escuchar, ver, verificar, contar historias y servir a la gente.

“En otras palabras, usar bien las herramientas. Saber para qué las usamos y contar las historias que verdaderamente importan”, agregó.

En ese contexto, comentó que el periodismo no puede limitarse a leer redes, copiar cables y reenviar rumores, ya que este exige presencia, verificación, empatía y algo más profundo: justicia y honestidad.

Recordó que no todos los contenidos que se comparten son periodísticos aunque se difundan a través de medios de comunicación, por lo que reiteró el daño que puede ocasionar compartir información sin corroborar su veracidad, lo que es una responsabilidad de toda la sociedad.

TRA Digital

GRATIS
VER