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6 DE JUNIO DE 2025. A casi dos semanas de la desaparición de los cinco integrantes del Grupo Fugitivo en Reynosa, Tamaulipas, el caso se ha convertido en un enigma que suscita más interrogantes que respuestas.
A pesar de los anuncios oficiales sobre progresos y detenciones, tanto familiares de los músicos como de los aprehendidos han expresado serias dudas sobre la veracidad y profesionalismo de la investigación. Estas posturas adversas a la fiscalía de Tamaulipas ya empiezan a ser recogidas, si no por medios locales, sí por medios nacionales e incluso internacionales, como El País y la BBC.
El 25 de mayo del año en curso, después de presentarse en un bar de la colonia Riberas de Rancho Grande, los cinco músicos del Grupo Fugitivo perdieron contacto con sus familiares. La búsqueda se intensificó durante días, hasta que el 28 de mayo las autoridades informaron el hallazgo (con ayuda de un dron del Ejército) en un predio de la colonia Aquiles Serdán de cinco cuerpos calcinados. Al día siguiente, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas (FGJE) confirmó que los restos correspondían a los integrantes del grupo. Según declaraciones oficiales, en el lugar se encontró un micrófono derretido, telas con bordados del uniforme del grupo y los restos humanos de las cinco víctimas.
Hasta ahora, nueve personas han sido detenidas, todas presuntamente vinculadas a “Los Metros”. El perfil más significativo fue el detenido el pasado 3 de junio, en la misma ciudad de Reynosa: Santos “N”, alias “El M-47” o “Jimmy”, señalado como jefe operativo de “Los Metros”, facción del Cártel del Golfo, y presunto colaborador de César Morfín Morfín, alias “El Primito”, cabecilla del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la región.
Sin embargo, familiares de al menos cuatro de los detenidos han denunciado públicamente que fueron aprehendidos sin orden judicial, con violencia y amenazas, y que no tienen relación con los hechos.
Entre los detenidos figuran conductores de Didi y trabajadores ladrilleros, perfiles que sus allegados consideran ajenos al crimen organizado (aunque entre los perfiles delictivos bajos y medios, no es raro encontrar que en sus “horas laborales” ejerzan algún oficio o incluso profesión, “dobleteando” jornadas como la mayoría de los mexicanos). Los parientes de quienes, cautivos, permanecen sometidos a los rigores de la investigación judicial mexicana, acusan a la Fiscalía de fabricar culpables para cerrar el caso rápidamente.
Por su parte, los familiares de los cinco músicos han rechazado la versión oficial de la Fiscalía de Tamaulipas y mantienen la esperanza de que sus seres queridos sigan con vida. Han denunciado falta de notificación y transparencia por parte de las autoridades, y han decidido continuar la búsqueda por su cuenta, difundiendo fichas y mensajes en redes sociales para exigir una investigación real y exhaustiva.
El Grupo Fugitivo era un quinteto de música regional mexicana, conformado por Francisco Xavier Vázquez Osorio, José Francisco Morales, Nemesio Antonio Durán Rodríguez, Víctor Manuel Garza Cervantes y Livan Edyberto Solís de la Rosa.
La agrupación se especializaba en interpretar corridos, narcocorridos y covers populares. Su modelo de negocio se centraba en presentaciones en bares, eventos sociales y fiestas privadas, principalmente en Reynosa y sus alrededores, aunque también realizaban giras fuera de la ciudad. Su popularidad local creció precisamente por interpretar canciones del gusto popular y por su cercanía con el público en eventos privados.
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