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Por Dra. Yendy Frías – Nutrióloga Clínica /@dra.yendyfrias_nutriologa
Los pescados y mariscos no solo llenan de vida y esplendor nuestros océanos, sino que también brindan valiosos aportes a la salud. Son una gran fuente de proteínas magras, con poca grasa saturada y bajas calorías, y ricos en ácidos grasos omega-3, famosos por beneficiar la salud del corazón, el cerebro y el sistema inmune. Además, su digestión es usualmente más ligera que la de otras proteínas animales, lo que los hace ideales para todas las edades.
Entre los nutrientes esenciales que contienen se encuentran las vitaminas A y D, y minerales como el yodo, zinc, fósforo y selenio. Incluir pescados y mariscos en la dieta al menos una o dos veces por semana puede ser de gran ayuda para el buen funcionamiento del organismo.
Además de sus beneficios nutricionales, los pescados y mariscos nos conectan con la cultura gastronómica y la biodiversidad marina. Su consumo, sobre todo en temporadas de pesca, ofrece una experiencia culinaria llena de sabores y tradiciones. No obstante, es importante tener en cuenta que algunas especies pueden estar en veda, o sea, bajo protección temporal para facilitar su reproducción y conservación.
La veda es un período en el que se prohíbe la pesca o comercialización de ciertas especies para evitar su extinción. En la República Dominicana, la CODOPESCA (Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura) publica cada año un calendario oficial con las fechas y especies protegidas. Este esfuerzo busca crear conciencia en la población y preservar nuestros recursos marinos.
Pese a las regulaciones, es común observar en zonas costeras y turísticas la venta ambulante de mariscos, muchas veces fuera del marco legal. Por ello, es fundamental que como consumidores estemos informados y evitemos comprar productos en veda, ayudando así a la sostenibilidad de nuestras costas.
Consumidos de manera responsable, los pescados y mariscos pueden mejorar la salud cardiovascular, cerebral, gastrointestinal, visual y hasta el estado de ánimo, gracias a su capacidad antiinflamatoria y antioxidante. También participan en la regeneración celular y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Al seleccionar estos alimentos, es crucial considerar el nivel de mercurio en algunas especies, como el pez espada o el atún rojo, que deben consumirse con moderación, especialmente en niños y embarazadas. De igual forma, se aconseja cocinarlos a la plancha, al vapor o al horno, para preservar mejor sus nutrientes y disfrutar de una preparación más saludable.
Incorpora pescados y mariscos en tu dieta de forma informada y consciente. Tu cuerpo — y el planeta — te lo agradecerán. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Envía tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com/@sodonuclim.
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