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En Los Ángeles, donde los disturbios comenzaron la semana pasada, la calma reina este miércoles en las calles del centro de la ciudad tras el toque de queda nocturno.
Agentes armados, varios montados a caballo, patrullaban cerca de los edificios gubernamentales. La policía local cuenta con el refuerzo de al menos 4.000 soldados reservistas de la Guardia Nacional desplegados por Trump.
Las protestas estallaron debido a la dureza de las redadas contra los migrantes que se encuentran en el país de forma irregular. Los agentes los detienen en la calle, escuelas, lugares de trabajo o al comparecer ante los tribunales, según denuncian familias o abogados.
La mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas, pero hubo episodios violentos como la quema de taxis y el lanzamiento de piedras contra la policía. Las autoridades respondieron con gases lacrimógenos y armas no letales.
Para protegerse de posibles actos vandálicos, los comerciantes tapiaron los escaparates.
“Desde el 6 de junio, ha habido 330 inmigrantes ilegales arrestados como parte de estos disturbios en Los Ángeles”, de los cuales 113 con “condenas penales previas”, afirmó este miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una conferencia de prensa.
“El presidente Trump nunca permitirá que el gobierno de la turba prevalezca en Estados Unidos”, dijo la portavoz, según la cual “el deber más fundamental del gobierno es preservar la ley y el orden”.
Trump ganó las elecciones en parte gracias a su retórica antiinmigrante y aprovecha la ocasión para obtener rédito político.
Ordenó el despliegue de la Guardia Nacional de California, a pesar de las objeciones del gobernador demócrata Gavin Newsom.
Trump amplió aún más los límites constitucionales al ordenar el despliegue de unos 700 marines, una fuerza entrenada principalmente para el combate.
“Si nuestras tropas no entraran en Los Ángeles, ahora mismo estaría ardiendo”, dijo Trump en las redes sociales el miércoles. Añadió que sus habitantes tuvieron “mucha suerte”.
En un discurso televisado a última hora del martes, Newsom lo criticó: “la democracia está bajo ataque ante nuestros ojos”, dijo.
“Puede que California sea la primera, pero está claro que esto no acabará aquí”, afirmó el demócrata.
Trump afirmó que si él fuera su zar fronterizo, Tom Homan, arrestaría a Newsom, considerado posible candidato presidencial demócrata para 2028, cuando según la Constitución, Trump no podría volver a presentarse al cargo.
Leavitt añadió leña al fuego: “Newsom afirmó que las medidas de control migratorio causan caos. Así de radicales se han vuelto los demócratas”.
“Su oposición al presidente Trump los ha obligado a aliarse con los delincuentes indocumentados en sus comunidades, con violentos alborotadores y saqueadores, en lugar de con los agentes del orden público que simplemente hacen su trabajo”, añadió en la conferencia de prensa.
Pese a las amenazas de Trump de desplegar la guardia nacional en otros estados gobernados por demócratas, las protestas se propagan.
Miles de personas se manifestaron en Nueva York el martes por la noche y también hubo protestas en Chicago (norte).
Para este miércoles hay manifestaciones previstas en Nueva York, Seattle, Las Vegas y otras ciudades.
A última hora del martes, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, anunció el despliegue de la Guardia Nacional contra una protesta anunciada para el miércoles en San Antonio.
Los organizadores amenazan con manifestaciones el sábado, cuando Trump presidirá un desfile militar en el centro de Washington.
En un discurso en una base militar el martes, Trump advirtió que cualquier protesta durante el desfile militar de Washington se toparía con una “fuerza” muy contundente.
El desfile con aviones de guerra y tanques, organizado para celebrar el 250 aniversario de la fundación del Ejército de Estados Unidos, coincide con el día del 79 cumpleaños de Trump.
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