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Max Verstappen perdió los estribos en el Gran Premio de España y George Russell pagó las consecuencias. Las circunstancias de la carrera, las malas decisiones de su equipo y la frustración que esto le generó, provocaron que el neerlandés de Red Bull arremetiera contra Russell de una manera antideportiva.
Fue como ver la metamorfosis de un hombre en una bestia. El piloto que había dado vida a la carrera en Montmeló, el que se perfilaba como la única oposición posible a Oscar Piastri y Lando Norris en los poderosos McLaren, de repente se vio sin neumáticos aptos para competir, tanto delante como detrás.
Para Verstappen, el Safety Car que motivó el abandono de Andrea Kimi Antonelli por una falla en la presión de aceite del Mercedes en la vuelta 55 de las 66 pactadas, hizo estallar la estrategia de carrera que había ideado Red Bull.
Antes de la salida, Max contaba con 1 juego de blandos nuevos, 1 de duros nuevos, 1 de blandos nuevos y 3 de blandos usados.
El plan de Max era hacer tres paradas para tener la secuencia de blando-blando-medio-blando, y así se desarrollaba todo hasta ese SC, mientras que sus rivales hicieron blando-medio-blando con sólo dos detenciones.
Al llegar el encadenamiento, McLaren optó por los neumáticos rojos restantes, al igual que Ferrari y Mercedes. Verstappen también fue llamado a boxes, pero solo había dos opciones: unos duros nuevos o unos blandos usados con el desgaste de la qualy.
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El equipo eligió los duros para Verstappen… ¡para una resalida! Max no salía de su asombro, ¿por qué duros? Porque no había más opción, le indicaron.
Quizás, hubiera sido mejor dejarlo al frente con los blandos usados que tenía, pero eso es fácil decirlo ahora, así lo mencionó Max.
“(La estrategia) fue buena, funcionó para nosotros, era competitiva, me gustó por supuesto, pero desafortunadamente no obtuvimos los beneficios al final (…) Nos quedamos sin neumáticos, desde mi punto de vista hubiera sido mejor quedarnos fuera, tal vez, no lo sé, es fácil decirlo una vez que pasó”, declaró Verstappen, después de la carrera.
Lo cierto es que, en esas circunstancias, al producirse la resalida, Verstappen pasó de león a cordero, era la presa ideal para Charles Leclerc y George Russell y la certeza para los McLaren que no serían estorbados en su camino al 1-2.
En la última curva del circuito de 4.567 kilómetros, el RB21 de Max hizo un extraño que casi le cuesta el abandono. El agarre era mínimo y pudo mantenerse en la recta en una muestra de habilidad.
El tiempo perdido lo puso en la mira de Leclerc, quien lo atacó antes de la frenada y, aunque hubo un contacto lateral, fue un incidente de carrera, pero ahí no terminó la pesadilla del neerlandés del coche número 1.
En la curva uno ya estaba Russell también en posición de rebasar a Max, se produjo un contacto, rueda con rueda que sacó al Red Bull de la pista, de donde volvió para colocarse delante del Mercedes.
“Tuve un momento difícil en la última curva, lamentablemente los neumáticos duros tenían muy poco agarre, lo que fue muy doloroso”, explicó Verstappen.
Verstappen se quejaba por la radio del embate de Leclerc, cuando en la vuelta 63, Gianpiero Lambiase le dijo:
– “Deja pasar a Russell, por favor”.
– “¡No, yo iba delante!”
– “Max, déjalo pasar”, — dijo GP con voz calmada — “Son las reglas. Es la regla, es una pena, pero es la regla”.
Así, en la vuelta 64, Verstappen disminuyó la velocidad en la curva cuatro, para obedecer la orden de su ingeniero, quien creía que si Max no cedía el paso al Mercedes sería penalizado con segundos de carrera. Así abrió la puerta a Russell en la cinco, pero cuando estaban lado a lado, Max lo chocó lateralmente de forma deliberada.
Russell fue, al final y sin merecerlo, de manera totalmente gratuita, el depositario de la furia de Verstappen, quien vio cómo se desmoronaba su gran esfuerzo por una situación fortuita, que desembocó en contactos en la pista y el pésimo juicio de Red Bull que acabó siendo el detonante que necesitaba el neerlandés para transformarse de Bill Bixby en el Increíble Hulk.
“Me sorprendió tanto como a ustedes. He visto esas maniobras antes en simuladores y en karts, pero nunca en la Fórmula 1. Al final, nosotros terminamos en cuarta posición y él en décima, así que no sé muy bien qué se le pasó por la cabeza. En ese momento me pareció deliberado, así que sí, un poco sorprendente”, dijo George Russell, después de la carrera.
Siete curvas más adelante, Max cedió el paso a Russell y se hizo el silencio en la radio. Lo que no sabían en ese instante es que los comisarios no iban a sancionar a Max Verstappen por el primer contacto con Russell, ese del intento de rebase al final de la recta, porque consideraron que había tenido que salirse de la pista a consecuencia del incidente y podía conservar el cuarto lugar.
Red Bull juzgó mal y se adelantó a ordenarle que dejara pasar al Mercedes, lo que provocó que Verstappen se enfureciera, perdiera los estribos, totalmente.
Nada justifica la acción del neerlandés, será una mancha en su historial. No tan grave como las de Michael Schumacher contra Damon Hill y Jacques Villeneuve, pero sí una muestra de su temperamento y carácter explosivo que en una pista puede ser muy peligroso.
Precisamente, los comisarios le impusieron 10 segundos de penalización en la carrera, lo que lo relegó a la décima posición y también tres puntos en la licencia, que lo ponen al borde de la suspensión por un GP.
Todo mal, para Red Bull y Max, quien al final no quiso decir nada sobre el incidente.
“No necesito decir nada al respecto. Ya no importa de todas formas”, expresó Max en un primer momento, pero cuando un periodista le hizo saber las declaraciones de Russell, agregó: “traeré unos pañuelos la próxima vez”.
“No soy quién para opinar (sobre la sanción), no voy a darle más vueltas. Max es un piloto increíble y mucha gente lo admira, es una lástima que sigan ocurriendo cosas así. Es totalmente innecesario y nunca parece beneficiarle.
“Estoy demasiado cerca para dar mi opinión en nombre de los pilotos, pero, ya sabes, el año pasado en Austin vimos algunas de las mejores maniobras de la historia y luego vas a México y él se deja un poco. Vas a Imola, ves una de las mejores maniobras que se han visto en mucho tiempo y luego pasa esto. Le ha costado muchos puntos a él y a su equipo. Charles y nosotros perdimos posiciones para que él pudiera pelear por el podio. No voy a perder el sueño por eso”, señaló Russell.
A Verstappen no le cae nada bien Russell, de hecho, muy mal, pero en este caso George tiene toda la razón. Otros pilotos, como Norris, fueron sarcásticos al calificar la maniobra como algo digno de “Mario Kart”. La reacción de Verstappen fue grotesca, bien pudieron haberle dado el punto que le falta para quedar fuera del próximo Gran Premio.
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